Desde que la actual intendenta Claudia Acuña decidió despegarse de su exjefa, Mabel Cáceres, para llevar adelante su propio camino al frente del Municipio de Santo Pipó, el Concejo Deliberante que responde a la exintendenta y actual diputada viene intensificando una embestida en su contra.
Los concejales citaron a Acuña para que rinda cuentas y responda una serie de cuestiones referidas a la compra de combustible por parte del Municipio a la única estación de servicio del pueblo, que está siendo concesionada por el esposo de Acuña. Pero resulta que es la proveedora desde hace muchos años, incluso desde que Cáceres era la alcalde, porque para eso tiene un comodato.
De los cinco concejales, cuatro son renovadores y responden a Cáceres (entre ellos el sobrino de la actual diputada) y el restante pertenece a Juntos por el Cambio.
Luego de brindar sus explicaciones y entregar una carpeta con respuestas requeridas, la intendenta Acuña se retiró del recinto.
De acuerdo a algunos testigos que estuvieron en el lugar, Acuña respondió todos los requerimientos y no hubo consultas verbales ni tampoco le dijeron que se quede.
Los concejales, evidentemente nerviosos, pasaron a un cuarto intermedio e hicieron reuniones y llamados telefónicos para decidir cómo seguir. Después de un extenso parate, la secretaria redactó un acta y se negó a mostrarla al abogado de la actual intendenta que le solicitó insistentemente, sin resultado. Incluso, en su apresurada retirada, le habría dicho que el acta “no” era pública y su respuesta quedó grabada por algunos celulares.
A las tres horas de finalizada la sesión, en la cuenta de Facebook del Concejo Deliberante se realizó una publicación asegurando que “la señora Intendenta se hizo presente, leyó un escrito que no respondió al pedido de informe y se retiró sin responder preguntas”.
Esa cuenta, que se manejaría desde la presidencia del HCD, agregó que esperaban respuestas sobre la “revocación de comodato llevada adelante por este Cuerpo Deliberativo en el mes de julio de 2022 y correspondiente llamado a licitación de la estación de servicio de Santo Pipó”.
Sobre este hecho, trascendió que el Concejo pretendió hacer una revocación por resolución, cuando el comodato se otorgó por ordenanza y una norma de menor jerarquía no podría anular a una de mayor.
También trascendió que la gestión Cáceres, durante muchos años, utilizó al mismo proveedor de combustible que ahora pretende revocar desde el Concejo Deliberante.
Crisis política
Mabel Cáceres asumió en diciembre de 2021 como diputada, después de 16 años como jefa municipal, y en su lugar quedó Luis Burscheid, quien era presidente del Concejo Deliberante, pero terminó renunciando a mitad de este año por cuestiones que no quiso expresar, sin embargo sus familiares hicieron conocer las presiones que recibía de Cáceres, su esposo (secretario de Gobierno) y los concejales para que siga estrictamente las instrucciones de ese grupo político que gobernó 16 años la comuna.
En su lugar asumió Acuña, que empezó a recibir el mismo trato pero tomó la decisión de despegarse y llevar adelante una gestión propia. Desde entonces, el Concejo comenzó a pedirle informes y la citó el jueves de la semana pasada.
Acuña ya anticipó que buscará la reelección y comenzó a hacer alianzas con algunos sectores minoritarios de la renovación, cuestión que preocupó al sector de Cáceres, quien impulsaría a su esposo para recuperar la intendencia en las elecciones del 7 de mayo.
La interna está que arde. Muchos dirigentes que nunca comulgaron con Cáceres ahora se acercan a Acuña para apoyarla en las elecciones.