Flota, flota por arriba de los opuestos y estabiliza tu mirada en la unidad. Así llega la bendición de la existencia. ¡Flota y agradece!
Elévate en un grito de libertad hacia la plenitud de la vida y no te dejes atrapar por tus limitaciones.
¡Sí a todo tal y cual es!
Conserva la calma, que nada te distraiga o te aparte de tu centro.
Elevarnos y flotar. Si estamos estabilizados nos quedaremos en el centro.
Siempre son las partes que no tienen plenitud dentro de cada uno las que nos hacen regresar una y otra vez. Eso es hacer experiencia hasta trazar perfección.
Hacer experiencia sin miedo. Simplemente observa vive y libera.
Sólo el deseo nos trae consecuencias. Si vives libremente tu experiencia y sueltas nada te atará.
Recuerda, sólo el deseo genera consecuencias. El deseo, las expectativas y la manipulación.
Entonces aprende a moverte en secuencia que no crea consecuencias. Así no tendremos que volver a repetir las mismas cosas una y otra vez y viviremos sin endeudarnos.
La clave es no acumular a través del deseo. El deseo nos endeuda. Vive a través de la virtud y el agradecimiento a cada instante y ¡libera!
Agradece y sigue generando virtud. Sólo pregunta: ¿qué elimino? ¿Qué es esencial? Y sé flexible solamente en lo no esencial. En lo esencial sigue tu guía.
Vive despegadamente. No hay nada que necesites hacer en este mundo, pero hazlo y genera virtud.