La misa se transformó en una excelente oportunidad para el delito, al menos eso parece en la ciudad de Oberá , ya que en pocos días se denunciaron hechos de robo dentro de la iglesia San Antonio, ubicada en pleno centro de la capital del Monte. Las víctimas fueron dos mujeres a quienes dejaron sin teléfonos celulares.
El primer hecho ocurrió el sábado 26 de noviembre minutos después que se llevara a cabo la celebración de un matrimonio.
Una mujer que hace el servicio de limpieza, estaba barriendo dentro de la iglesia para dejar en condiciones el lugar luego de la ceremonia, fue la de que denunció.
Ese momento de limpieza fue el oportuno para un desconocido quien ingresó cuando aún quedaban unas pocas personas en el interior de la sala para tomar el teléfono celular de la víctima y darse a la fuga.
Las cámaras de seguridad tomaron el momento en el cual un hombre con vestimenta negra (musculosa) ingresa para cometer el ilícito.
Efectivos de la comisaría Primera de la Unidad Regional II realizan la investigación por cuestiones de jurisdicción al lugar donde ocurrió el hecho.
Ayer, denunciaron en la misma comisaría otro caso similar, esta vez con una joven de 24 años como víctima. Sólo que el ilícito ocurrió durante la celebración de la misa carismática, entre las 22 y 22.30 del miércoles último.
En ese lapso de tiempo y según el horario de data del video, se observa en el mismo, que fue registrado por una cámara de seguridad de la propia iglesia e incluso difundido en redes sociales y medios periodísticos, como un hombre de remera amarilla ingresa a la misa y se sienta justo detrás de la joven y en determinado momento de oración, extrae de la cartera o bolso de la víctima lo que resultó ser un teléfono celular.
Por lo pronto desde la policía tomaron cartas en el asunto y comenzaron una investigación e incluso no descartan más episodios similares que de hecho muchas veces no se denuncian.
Los videos están siendo analizados por especialistas de cibercrimen a fines de obtener la identidad de los autores.
En el caso del último hecho, podría tratarse de un hombre que frecuenta los alrededores de la iglesia pidiendo dinero, según indicaron fuentes consultadas.
Interviene el juzgado de Instrucción 1 de Oberá a cargo del juez de San Ignacio (subrogante) Pedro Benito Piris. Al menos hasta anoche al cierre de esta edición no había detenidos.