Casi la mitad de las 51 internas de la Unidad Penal V tienen problemas de consumo de sustancias al momento de su ingreso. Según confirmó a PRIMERA EDICIÓN la directora de esa unidad penal, Gisela Melbach, la incidencia del consumo problemático de sustancias en la población carcelaria de Misiones es mayor en mujeres que en hombres.
Precisamente, para mejorar la atención de esta problemática, ayer se inauguró en la Unidad Penal V una comunidad terapéutica, la tercera después de las creadas en la Unidad Penal 1 de Loreto y la Unida Penal IV de Menores Varones. “Esta comunidad terapéutica era un anhelo para nuestra unidad donde tenemos en la actualidad la mitad de nuestra población penal que consume psicofármacos. Lamentablemente, vemos chicas cada vez más jóvenes que ingresan con adicción a las drogas y alcohol”, contó Melbach.
La vida en contexto de encierro para una persona adicta es realmente un suplicio si no cuenta con contención profesional. En estas condiciones también es mucho más difícil para el personal penitenciario sostener un clima sin conflictos entre las internas.
Según indicó la directora del penal, “algunas internas ya vienen con un tratamiento iniciado afuera pero, en contexto de encierro, a veces se agudiza el problema”.
Por ello, el objetivo del trabajo en la comunidad terapéutica es que estas mujeres puedan volver a insertarse en la comunidad e iniciar una nueva vida”.
Para ello, contarán con un equipo interdisciplinario (dos psicólogas, una trabajadora social, una médica general, una enfermera y una psiquiatra) que estará abocado al trabajo con las internas que, en este momento, son 51.
Espacios amigables
“Nuestra cárcel no es convencional comparada con las otras unidades, pero necesitamos el acompañamiento y la ayuda profesional para las internas con problemáticas de consumo”, señaló Melbach.
La inclusión de la familia en el tratamiento es uno de los ejes de trabajo que se conjuga con la política de esta unidad penal, “nosotros buscamos integrar a la familia en todo, por eso creamos espacios de encuentros amigables, como el espacio kid que permitió este año incrementar un 80% la cantidad de niños que vienen a la unidad porque acá tienen un espacio para jugar o hacer la tarea con su mamá”, contó.
También el director general del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), Manuel Dutto, se refirió a la importancia del acompañamiento familiar, “la comunidad terapéutica nos dará herramientas para trabajar en las problemáticas de adicciones de las internas, pero también tienen que involucrarse y ayudar para trabajar en conjunto los familiares, es fundamental su acompañamiento en este proceso”, enfatizó.
Las cinco etapas del tratamiento
El tratamiento dentro de la comunidad tendrá cinco etapas. “Inicia con una preadmisión para constatar la predisposición de cada persona”, detalló una de las psicólogas que integran el equipo, María Belén Miranda. En la segunda etapa, las internas tomarán conocimiento de las actividades que se desarrollarán y podrán aceptarlas o no, para comenzar el tratamiento recién en una tercera etapa. Las dos etapas finales se enfocarán en la reinserción y readaptación social de las mujeres privadas de la libertad, luego de una evolución favorable de sus adicciones.