No es una novedad que los fenómenos naturales como las olas de frío o calor, inundaciones, huracanes y fuertes temporales cada vez sean más intensos en el planeta y de alguna manera van dejando mensajes de alerta a la humanidad sobre los riesgos que implica el calentamiento global.
Ante esta problemática que se agrava década tras década, científicos de todo el mundo han comenzado a estudiar e investigar la posibilidad de enviar una especie de “media sombra” alrededor del planeta, con el objetivo principal de que ingrese solamente la menor cantidad de radiación solar a la Tierra y así pueda “enfriarse”.
A partir de los últimos informes elaborados por la ONU, los especialistas infieren que el panorama sería mucho peor a fin de siglo, ya que “la temperatura global no debe superar los 1,5º C” si se quiere evitar que siga empeorando la crisis climática y sus consecuencias ambientales catastróficas. Sin embargo, hasta el momento todo indica que para ese entonces la temperatura probablemente será de 2,8º C.
Argentina también forma parte del grupo de especialistas que trabaja en este proyecto entre los cuales se encuentra la doctora en Ciencias de la Atmósfera Inés Camilloni (UBA). Explicó que según los avances que han logrado hasta el momento,”en 10 o 15 años la media sombra estará lista para ser enviada a la estratósfera”, aunque reconoció que llegar a ese punto “hablaría muy mal de la humanidad”, porque dejaría en evidencia que no se ha hecho o contribuido lo suficiente “para frenar el calentamiento global”.
¿Cómo funcionaría la “media sombra”?
Primero que nada, cabe aclarar que la “media sombra” en realidad serían millones de partículas que disminuirían la energía solar que ingresa al planeta nada más que en 1% o 2%. Aunque según explicó la investigadora, todavía no está definido cuál será la sustancia que constituirá esas partículas y que están trabajando en encontrar alguna que sea lo menos dañina posible para la capa de ozono.
Entre las investigaciones que todavía deben concretarse, será necesario realizar un experimento de campo. Inés Camilloni describió que esto consistiría en lanzar una sustancia a la estratósfera para evaluar algunas características, por ejemplo, qué transformaciones químicas se generan o de qué manera se dispersan las partículas.
Para el procedimiento de implementación de la “media sombra” se necesitarán aviones que alcancen los 20 km por altura a través de los cuales enviar e inyectar en la estratósfera las millones de partículas.
La especialista citó a modo de ejemplo el funcionamiento de una erupción volcánica: “La idea es replicar el efecto de erupción volcánica, ya que cuando se produce la erupción se liberan cenizas que llegan a esta capa de la atmósfera y tapan la luz solar. Por eso es que parece que está nublado o más oscuro, así llega menos radiación”.
Ventajas y desventajas de su implementación
Aunque la instalación de la “media sombra” lograría bajar la temperatura del planeta y las olas de calor y las lluvias intensas serían menos frecuentes, los científicos plantean más de un obstáculo.
A pesar de ese logro, se alteraría el promedio de los ciclos del agua porque llovería más en algunos lugares que en otros, lo cual afectaría notablemente a los ecosistemas, a la producción de alimentos e incluso a la salud humana.
Otra de las preocupaciones que supone esta innovación es que “debe ser sostenida en el tiempo y en todos los lugares del planeta”. En palabras de Camilloni, “no se puede dejar de enviar esta partículas de un día para el otro porque generaría un aumento de la temperatura muy rápido”.
Asimismo, si no hubiera un sistema de gobernanza en todo el mundo y esto lo implementara un país en una zona puntual del planeta, habría problemas porque sería una parte del mundo que estaría ‘tuneando’ la temperatura global, decidiendo cuánto se enfría a la Tierra y con afectación a todos”.
¿Cómo afectaría la “media sombra” a la zona de Sudamérica?
En relación a lo anterior, la especialista enfatizó en que si bien podría descender la temperatura global, algunos sectores sufrirían un sobre-enfriamiento, del mismo modo que se alterarían las lluvias.
Si así fuera, por ejemplo, la en la zona más alta de la Cuenca del Plata (la cual atraviesa los territorios de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay y donde se origina gran parte del caudal de algunos ríos, como el Paraná y el Uruguay) tendería a llover un poco menos. Mientras que, en su zona más baja, tendería a llover un poco más.
A su vez, Camilloni describió que en promedio los caudales de poca agua aumentarían, lo cual no significaría un efecto negativo porque no habría déficit, pero en sectores que cuentan con grandes porciones de agua crecería el riesgo de inundación.
Aunque todavía se trata de un proyecto que está en plena etapa de investigación y experimentación, en caso de consolidarse en el futuro esta propuesta, todos los gobiernos deberán debatir y estar de acuerdo en cuanto a la instalación de la “media sombra” y en las medidas que se tomarán en caso de efectos perjudiciales.
Por último, la investigadora admite que “no es una solución al cambio climático”, pero están comenzando a trabajar sobre “un síntoma y no sobre la causa raíz del problema que tiene que ver con la generación del petróleo, del carbono y del gas”. A raíz de esto, concluye en que no se trata de una alternativa, sino de una estrategia más “para actuar sobre la crisis climática”, puesto que lo que se está haciendo al respecto claramente no es suficiente.
Fuente: Agencia de Noticias Científicas