Valiéndose de la presunta guarda y cuidado que como padrastro debía compartir con la madre de dos hijas, abusó de ellas desde temprana edad. El caso salió a la luz luego de que la mamá detectara que una de las menores estaba embarazada. El acusado tenía fecha para que lo llevaran ante un tribunal, pero optó por un juicio abreviado.
Ramón Oscar Britez (36) aceptó junto a sus defensores el acuerdo ofrecido por el Ministerio Público Fiscal para abreviar el proceso. Se reconoció como autor y responsable de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por la guarda y la convivencia preexistente, hechos reiterados en un número indeterminado de veces, en concurso real con coacción en concurso ideal con el delito de corrupción de menores agravada”.
Firmó una condena de 14 años de prisión efectiva, la cual fue remitida al Tribunal Penal de Eldorado para que analizaran el caso y la pena impuesta. Al haber conformidad con lo actuado, los magistrados procedieron a homologar el acuerdo y condenar al acusado.
El caso que iba ir a debate fue denunciado a fines del 2020. El acusado era un albañil que vivía en Jardín América tiempo atrás y se puso en concubinato con una joven quien tenía dos hijas pequeñas.
De la investigación y las pericias de Cámara Gesell practicadas a las menores pudieron saber que fue en esa localidad donde el hombre comenzó con los abusos a través de manoseos a una de las niñas, cuando tenía entre 5 y 6 años de edad.
Estos abusos siguieron su curso hacia la otra hermana, dos años mayor y siempre tapados bajo amenazas de matarlas si le contaban algo a la madre o a alguna otra persona. Los hechos ocurrían siempre en ausencia de la progenitora y en horas de la mañana.
Por cuestiones laborales el grupo familiar se mudó a Puerto Iguazú. Vivieron en dos barrios diferentes y no dejaron de ocurrir los vejámenes a las menores. La última vez que sucedió, según lo certificó la Justicia fue en septiembre de 2020. Las menores ya tenían 14 y 12 años respectivamente.
Para aquel año el padrastro ya había accedido carnalmente a ambas y producto de ello la de 14 años quedó embarazada y tuvo un varón. Las pruebas de ADN requeridas confirmaron la paternidad del encartado, hecho que fue otra evidencia de los episodios de abuso.
En el escrito judicial se expuso que los hechos contra la integridad sexual, “afectaron la libre capacidad y crecimiento sexual de quienes en ese entonces, sin experiencia de ello por sus tempranas edades y desarrollos físicos y mentales, no se encontraban suficientemente desplegados. Sin duda perjudicaron y perjudicarán el desarrollo, capacidad, integridad y autodeterminación sexual” de las víctimas, subrayaron.