Escuela de Pensamiento: Qué duro es el lenguaje bíblico cuando no es comprendido,
debiérase sobre él meditar para no quedar confundido
y al decir la rígida letra: pocos serán los elegidos
deja así desahuciado
hasta al hombre más osado.
Si nuestro Creador es Padre-Madre,
que Él-Ella elija, no entra en la cabeza de nadie,
pregúntate mejor,
¿para qué el libre albedrío otorgó,
no será que tu decisión
es la que te da la explicación?
Y no sirve que en la actitud del otro te fijes
considera que cada quién a cada segundo se autoelige
y si quieres la legión de ángeles humanos conformar,
dedícate a en Amor vibrar.
Los escritos sagrados son la palabra viva debido a nuestra evolución que nos va dando una permanentemente renovada capacidad de comprensión, así lo que se haya leído un tiempo atrás hoy cobrará un nuevo sentido más profundo al dejar de leer la letra rígida y literal.
Cuando la Biblia no es tocada, se constituye en un código sagrado, especialmente si está escrita en hebreo ya que sus letras son en sí mismas símbolos sagrados, por lo que entran a nuestro interior sin pasar por el intelecto, pero para el común de las personas debemos saber que cualquiera sea el idioma en que esté traducida, a la par de que cuenta una historia, va hilvanando un majestuoso tratado de psicología donde los personajes toman un rol que calza en las distintas circunstancias que va viviendo el ser humano.
Según Tesla el Universo es energía, vibración y sabiendo que nuestros pensamientos y sentimientos son la energía o sustancia que modifica el éter para cocrear, vemos porque dice la poesía que debiéramos a cada instante controlar nuestras decisiones de en qué pensar y por lo tanto sentir, pues la suma de ellas es lo que nos constituye y “nos hace dignos de estar ante Su presencia” o de “ser elegidos para ser salvados”.
Un padre o una madre no elige a cuál de sus hijos salvar, por eso en Su infinito Amor, Dios-Padre-Madre nos otorgó el libre albedrío para elegir qué información consumir para llegar a “la Verdad que nos hace libres” de ignorar de que somos Sus hijos y Amar como Él.