El ciberacoso o grooming es una problemática de la era digital y un temor para los padres de niños, niñas y adolescentes. En la provincia, aunque las denuncias son pocas, cada una desata toda una red de víctimas que suelen caer a través de engaños en juegos en línea.
En comunicación con FM 89.3 Santa María de las Misiones la directora de Cibercrimen de la Policía de Misiones, subcomisaria Marilyn Ozuna, explicó que en materia de denuncias “contradictoriamente a las estadísticas a nivel nacional en la provincia no tenemos muchas denuncias”.
Aclaró que no se trata de una falta de casos, sino más bien que “no hay muchas personas que se acerquen a denunciar”.
Remarcó que “de una denuncia se desprenden muchas víctimas”. Lo que sucede es que “cuando un docente se acerca a pedir la información, o un tutor o un padre está sospechando alguna actividad rara que está realizando su hijo o hija menor surgen otras víctimas, eso es algo muy habitual en este tipo delitos”.
Sobre la detección de los casos, contó que un 50% se da a través de la escuela: “Los docentes están muy capacitados, hay mucha predisposición a colaborar a contener. Entonces ellos enseguida detectan esta situación y en principio deben llamar a los padres y poner en alerta de lo que ellos están sospechando que puede suceder”.
Ozuna señaló que con los padres “hay un poquito más de reticencia a aceptar. Por ahí todavía estamos en el contexto donde el papá o la mamá se enojan porque el hijo o la hija mandó fotos desnudo, compartieron algún video con contenido sexual y demás”.
En esta resistencia de los adultos a acudir a la denuncia, “una vez que se le explica y se le hace ver que por ahí su niño no es el primero, bajan un poquito los decibeles, entienden la problemática y que justamente es un delito”, agregó.
Mientras que muchos padres optan por no darles un celular a sus hijos o no permitir el uso de computadoras, como prevención del grooming. Sobre esto, la directora de Cibercrimen indicó que “la utilización de las tecnologías, en este contexto que nos toca vivir a nosotros, en esta realidad, son inevitables. Soy una convencida de que quitarle o prohibirle el uso del dispositivo celular a un menor es contraproducente”.
Resaltó que con un dispositivo celular de un menor “controlarlo sería lo ideal, pero el prohibirle directamente el uso de alguna tecnología es contraproducente porque ese niño va a terminar cayendo en un bullying en un ciberbullying, depresivo porque todos tienen y él no, porque todos están comunicados o están en grupos de pares y él no”.
Por este motivo, recomendó que no hay mejor manera de prevenir que “con el diálogo, saber mínimamente qué están consumiendo nuestros hijos, a qué juegan, es algo fundamental. Les puedo asegurar, que si les pregunto qué juegos tienen sus hijos en el celular o en la tablet seguramente van a dudar”.
En cuanto a las señales que pueden dar los chicos víctimas de grooming, Ozuna detalló que “por ejemplo, me retrotraigo, encierro, no quiero comer, me escondo para hablar; es muy común de que lleven el celular al baño o que lleven el celular a un lugar alejado de la casa para poder hablar, porque el groomer lo que hace justamente es exigirles que ellos estén solos, que guarden el secreto para de esa manera poder manipularlos. Entonces una de las primeras llamadas de alerta es ver cómo está nuestro niño en su conducta en la vida cotidiana”.
En las denuncias por grooming, “mayoritariamente son desconocidos”, añadió. En esto, remarcó que “el mecanismo de captación más utilizado por el groomer para acercarse a un niño, niña o adolescente son los juegos en línea, cualquiera sea, porque a partir de ese juego donde intercambian vidas, tesoros, armamentos. A partir de eso, la conversación se traslada al Whatsapp, se torna más privada y es ahí donde comienza el proceso de captación”.
Desde el punto de vista de las leyes, Ozuna afirmó que “el menor siempre es la víctima porque actúa en consecuencia de una amenaza, una extorsión, a raíz de un enamoramiento también, porque hay niños que se enamoran y el groomer juega con ese sentimiento”.
Recordó que “se trabaja muy fuertemente con todo lo que son las campañas, charlas y las capacitaciones, el trabajo con los foros vecinales a los efectos de hacerles saber a la sociedad que el niño es una víctima, por más de que haya enviado fotos o haya compartido videos o lo que sea que le hayan solicitado el groomer”.