Ayer se conoció una denuncia pública realizada por la mamá de una alumna primaria de la Escuela Normal Mixta, aludiendo que la maestra de su hija acercó a la cara de dos compañeritos un fósforo prendido para que así dijeran la verdad sobre una falta de conducta que habría cometido uno de ellos.
Ante eso, y al saberse que los directivos de la institución fueron alertados en reiteradas oportunidades de los “métodos pedagógicos” de la docente sin tomar cartas en el asunto, el Consejo General de Educación (CGE) tomó la determinación de apartar del aula a la regente del establecimiento (quien momentáneamente era la maestra del primer grado y cometió el acto de intimidación con los alumnos).
Así como también iniciar una investigación sumaria para indagar si hubo otros episodios donde la docente haya actuado de forma inadecuada, y para averiguar el motivo por el cual la institución hizo caso omiso al pedido de los padres de poner otra maestra.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN la directora de Enseñanza Primaria del CGE Dora Gallardo explicó: “Es una medida en resguardo de los niños. Es doblemente grave la situación porque ella está ocupando el cargo de regente y en el turno opuesto era maestra de grado”.
Doblemente grave porque por un lado es una docente de larga trayectoria que es autoridad en la escuela y que lleva años enseñando; segundo porque se trata de niños de tan sólo 6 años que recién se están iniciando en el sistema escolar primario; y finalmente porque desde la institución, según los padres, no hicieron nada ante sus advertencias.
Según lo que los niños narraron, el accionar de la maestra comenzó cuando un compañerito tiró al cesto de basura la evaluación de otro alumnito. Como ninguno de los dos quiso confesar quién fue el que tiró la prueba, la docente los llevó frente al pizarrón y frente a todos les puso un fósforo prendido muy cerca de sus rostros como modo de instigarlos a que confiesen la verdad.
“Son los más chiquitos de la escuela, están saliendo de nivel inicial, esto no puede pasar”, indicó Gallardo.
En ese sentido, la directora de Primaria del CGE agradeció que los padres hayan prestado atención al testimonio de sus hijos “siempre decimos que los niños no mienten cuando hay algo que les angustia”, afirmó.
También advirtió “siempre pedimos a los papás que presten atención: si los chicos no quieren ir a la escuela es porque algo está pasando”.
Asimismo, aparte de las medidas mencionadas, el CGE está buscando una nueva docente para que se quede con esas horas (algo que, afirmaron, lo tendrán resuelto para el lunes) y adelantaron que recurrirán a la intervención del gabinete psicopedagógico del CGE para que trabaje a nivel institucional y sobre todo con la nueva maestra que vendrá.
“Nos parece más un método de tortura que otra cosa”
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN Cristina Damiani, una de las madres voceras explicó que, el hecho que abran un sumario investigativo y le aparten a la docente del aula, es lo que ellos esperaban como padres, porque en varias ocasiones supieron de “comentarios despectivos, gritos, golpes en la mesa, situaciones donde no se los dejaba ir al baño a los chicos”, de parte de la docente.
Si bien la mamá explicó que, en un principio, el rector accedió a tener una reunión con los padres y después con los padres y la docente involucrada, “en todo momento la maestra naturalizó la situación y manifestó que para ella no era grave. De hecho tengo capturas de ella diciendo que ese sistema que utilizó fue como una ‘adulta responsable’. También tengo un audio donde ella explica que utilizó ese método en otras instituciones”, afirmó.
Por otra parte, explicó que hasta que se resuelva la situación y pongan otra maestra, de los 23 alumnos sólo unos 5 o 6 están acudiendo a clases. Se trata de aquellos niños que tienen padres que trabajan y no tienen otra alternativa que llevarlos a la escuela a pesar de que los menores no quieran por la situación.