Ahora sí, ya ocupándose de la inflación y luego de ordenar más o menos la macro, el Gobierno argentino volvería a apostar por una medida cuyo efecto a lo largo de la historia ofrece magros resultados: a los Precios Cuidados se sumaría ahora el programa de Precios Justos. Cambian los nombres, pero no la lógica y, por ende, no cabría esperar consecuencias más allá de las conocidas a lo largos de estos años.
La experiencia de Precios Cuidados evidencia gruesas fallas como la inexistencia de productos del programa en muchos distritos y los incumplimientos. Precios Justos, el primer gran acuerdo puertas adentro que el Gobierno quiere anunciar después de la pandemia, correría con la misma suerte.
Los empresarios, de hecho, ya plantean sus resistencias al modelo y anticipan que no podrá implementarse antes del fin de año. Desconfían además de las proyecciones oficiales que ubican la inflación de 2023 alrededor del 60% mientras las consultoras elevan las previsiones al 100%. Y, de paso y por las dudas, hubo otros que, alertados por la temprana manifestación del Gobierno, ya elevan los precios como para tener más margen de ganancia si es que se cierra un acuerdo.
Los precios, está claro, seguirán siendo un drama en el corto y mediano plazo.