El barrio Santa Lucía despertó ayer con una alegría. Y por la tarde, esa sonrisa se hizo emoción con la esperada llegada de Ricardo Báez (26), el medallista dorado de lucha olímpica en los Juegos Odesur Asunción 2022, quien finalmente arribó a casa. El campeón ya está con los suyos. Y la medalla, en la tierra a la que ahora pertenece.
Pasadas las 14.30 de ayer el vuelo proveniente de Buenos Aires tocó pista en Posadas. Y Ricky volvió a casa como tantas otras veces, esta vez con la dorada en el bolso. El último viernes, el posadeño se consagró campeón sudamericano al imponerse en las cuatro luchas de la categoría hasta 97 kilogramos de peso. Se tomó así revancha de la plata que había obtenido en Cochabamba 2018, pero además marcó un hito en la historia del deporte misionero.
“Siempre cuando terminaba de entrenar y corría alrededor del colchón, visualizaba ese momento. Y el sueño se cumplió: pude correr alrededor del colchón en Asunción y con la bandera argentina”, sostuvo Ricardo, al borde de la emoción, en diálogo con EL DEPORTIVO.
No fue fácil la consagración para el misionero. Es que en el combate definitorio ante el venezolano Cristian Sarco Colmenarez, Báez debió remontar un 9-0 que parecía imposible.
“En ese momento, te soy sincero, esperaba que él haga dos puntos más y que termine la pelea. Pero en el descanso, hablé con mi entrenador y salí con todo. Y ahí fui sumando punto por punto”, confió Ricky, quien finalmente se impuso por un agónico 11-10. “Fue un combate durísimo”, subrayó.
Difícil describir en palabras el momento del pitazo final. Báez hace un intento. “Cuando terminó todo, fue una sensación indescriptible, me pasaron mil cosas por la cabeza, todos los entrenamientos, todo el sacrificio. Miré a la tribuna y ahí estaba mi familia, así que pude dedicarles el oro a ellos, los que siempre estuvieron en las buenas y en las malas”, contó Báez.
¿Y cómo siguió todo? Primero, Ricky pasó por el control antidoping. “Me costó bastante poder orinar, es que tenía la adrenalina a mil, toda la ansiedad”, cuenta Báez con una sonrisa. Y después llegó la premiación.
“Ver la bandera en lo más alto, escuchar nuestro himno. Todas esas cosas no tienen precio”, reflexionó el luchador, quien rápidamente compartió algunos minutos con la familia y luego debió partir al alojamiento junto a la delegación argentina.
Tras el vuelo desde Paraguay, Ricardo llegó al CeNARD, en Buenos Aires, cerca de las 5 de ayer, en plena madrugada. Y a diferencia de lo que cualquiera podría pensar, durmió sin problemas.
“La verdad es que no me costó dormir porque estaba destruido, muy cansado, tanto por la competencia como por el viaje de regreso, que fue bastante largo”, aseguró.
Tras ese breve descanso, Ricky abandonó el CeNARD camino a casa y volvió a Posadas, donde lo esperaban Adrián, su padre y referente de Misiones Lucha; Nico, su hermano; y Fabiana, para quien hoy será quizás el Día de la Madre más feliz de todos.
“Esta medalla es de ella, de mi viejo, de mi hermano, de toda mi familia. Esta medalla es de todos los misioneros”, afirma Ricky, quien ya tiene destino para la presea: “mi idea es ponerla en un cuadro y colgarla el día de mañana en el nuevo Centro de Deportes de Combate que se está construyendo en el CePARD. Quiero que este logro sirva de motivación para todos los deportistas misioneros”.
El futuro para Ricardo, quien en el Preolímpico de Canadá 2019 quedó a dos triunfos de la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, es promisorio.
Tras consagrarse como el mejor de Sudamérica en su categoría, irá por otro título en el Nacional que se realizará a fin de año en Buenos Aires. Después se vendrá el Panamericano de Lucha, el año próximo en Argentina, clasificatorio para los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023.
“Los Juegos Panamericanos son ahora el principal objetivo. Ese es un nuevo paso en el ciclo olímpico rumbo a París 2024. En los Odesur, dimos un paso. Ahora vamos por más”, finalizó Báez, dueño de un oro que ahora es bien misionero.
Argentina terminó tercera
Tras dos semanas a pura competencia, finalizaron ayer los Juegos Odesur Asunción 2022. Y la delegación argentina culminó en el tercer puesto del medallero, con 58 oros, 65 platas y 74 bronces. El líder fue Brasil (133, 100 y 86), seguido por Colombia (79, 78 y 98). Detrás de Argentina se ubicaron Chile (38 oros), Venezuela (31), Ecuador (25), Perú (19), Paraguay (8), Uruguay (7), Aruba (3) y Panamá (3).
En cuanto a los países que no sumaron oros, Bolivia acumuló dos platas y seis bronces; Guyana ganó una plata y dos bronces; y Curazao sumó una medalla plateada.
Respecto a los siete misioneros, además del oro obtenido por Báez, también fue campeón el esgrimista posadeño Augusto Servello en florete individual; el afincado en Estados Unidos también fue plata en florete por equipos. En tanto, la otra misionera que logró sumar una presea fue la judoca Anahí Galeano, bronce en la competencia por equipos mixtos. Misiones sumó así cuatro medallas.