Desde que se implementó la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en el país, la cantidad de intervenciones realizadas en la provincia ha sido un misterio. Sin embargo, la referente del Programa Provincial de Salud Sexual y Procreación Responsable, Norma Miño, confirmó a PRIMERA EDICIÓN que en lo que va del año, en Misiones se realizaron 842 interrupciones voluntarias del embarazo: un número que, ya en agosto, superó el total de las intervenciones realizadas el año pasado que fueron en total 620.
En cuanto a eso Miño explicó que “más allá del número, tenemos que saber que se trata de personas que han transitado una situación que no esperaban pasarla nunca, detrás de cada número es importante entender que hay una historia, una mujer, una adolescente”.
Aplicación de la IVE en Misiones
Luego de sancionarse la ley y en pleno contexto de pandemia la provincia contaba con siete equipos profesionales interdisciplinarios que realizaban la intervención de manera conjunta. Hoy en día ya son 25 equipos profesionales: alrededor de cuatro o cinco por cada una de las seis zonas sanitarias de Misiones, distribuidos en los Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS) y en los hospitales.
No obstante, en aquellos lugares donde no hay equipos que realicen la IVE, los encargados de recibir los casos y brindar la información son los CAPS que contactan a la paciente con el Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable, y ahí se inicia una secuencia de acompañamiento a la paciente, para que ingrese a cualquiera de los 25 servicios disponibles (el más cercano).
“Antes de la ley ya se venía trabajando la interrupción legal del embarazo (ILE) que, si bien estaba desde hace mucho tiempo en nuestra constitución, la gente lo supo recién cuando surgió el debate de la IVE”, afirmó Miño.
En ese marco, añadió que en la provincia nunca faltaron los medicamentos para realizar dicho procedimiento y que en el 92% de los casos la intervención se realiza de forma ambulatoria. Todos y cada uno de ellos se van reportando en una base de datos online a cargo del Programa de Salud Sexual para realizar un seguimiento.
A su vez, según la referente, el grupo etario más predominante entre las personas que toman la decisión de la interrupción voluntaria del embarazo es el de 20 a 29 años, algo que tiene que ver “con que personas de esta edad tienen más acceso a la información y conocimiento sobre la ley, entre otras cosas”, indicó.
Ante la consulta sobre cuál es el acompañamiento previo y posterior que reciben estas mujeres, Miño explicó que la mayoría de ellas ya acude con una decisión tomada, “sobre todas las cosas escuchamos a la persona, su situación, y qué es lo que plantea y en función de eso le aconsejamos si ella lo requiere. Hay que recordar que el proceso de decisión es un proceso autónomo, no interferimos en eso, sólo le ofrecemos lo que necesite”, indicó.
Asimismo, en cuanto a las mujeres que sí solicitan asistencia psicológica, en su mayoría, lo hacen porque están transitando una situación de violencia de género, no por la interrupción del embarazo en sí, según Miño.
Trabajo en equipo
Por otra parte, uno de los puntos que más destacó la referente del Programa de Salud Sexual es el trabajo de los equipos que están al frente de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Tras ser una ley que ha generado mucha controversia en el país y debido a que hay muchos profesionales de la salud que aplican la objeción de conciencia para no realizar esta práctica, Miño indicó que, en muchos casos, los especialistas que sí brindan este servicio “se encuentran presionados por otros profesionales de salud que son objetores”, algo que, según la referente le agrega mérito a su trabajo porque garantizan los derechos de las mujeres, a pesar de la presión que muchas veces ejerce su entorno.
En todos los casos, se trata de equipos interdisciplinarios que están en los CAPS y en los Hospitales y que cuentan con un médico, un obstetra, un trabajador social y un psicólogo.
En ese marco, cabe destacar que el acceso a la IVE es sólo uno de los ejes con los que trabaja el Programa de Salud Sexual. Otros focos de trabajo son: los métodos anticonceptivos de larga duración, la diversidad de género, la prevención de abuso y la línea de consulta anónima para adolescentes.
Embarazo adolescente: algo que disminuye pero continúa
En otro tramo de la entrevista la referente del Programa de Salud Sexual explicó que si bien el embarazo adolescente tuvo una disminución en el rango etario de 15 a 19 años pasando de un 22,3% a un 15,5% del 2015 hasta la fecha, no sucede lo mismo con la franja de niñas menores de 15 años.
Sobre eso, “en el año 2015 había 300 niñas embarazadas, si bien no es ese el número hoy en día, era un número alto porque no tendría que haber ninguna”, había admitido la funcionaria en una declaración con MS4.
Asimismo, la problemática del embarazo adolescente es una situación que se agravó en el contexto de pandemia, ya que muchas niñas quedaron encerradas en sus casas favoreciendo situaciones de abuso sexual intrafamiliar, según Miño. Es así que, de todos los casos de embarazo en la niñez ocurridos desde el 2015 a la fecha en Misiones, el 82% fueron víctimas de abusos o violaciones.
En ese punto hizo una salvedad: si bien podría pensarse que todos los embarazos en la niñez son producto de violaciones (ya que hay una menor de edad involucrada), Miño aclaró “si hay una niña que se inició sexualmente con un novio también menor de edad de 14 o 15 años, ahí no hubo abuso”.
Bajo situaciones tan complejas y delicadas, el Programa de Salud Sexual trabaja mancomunadamente con otras fuerzas del Estado como la Justicia, a fin de proteger a la víctima, “me tocó estar sentada en un juzgado para pedir la internación de una niña para protegerla durante ese fin de semana hasta que la policía pudiera intervenir y sacarle a la pareja entre comillas que la duplicaba en edad, son situaciones que nos movilizan mucho y tenemos que intervenir con la fuerza de la ley”, indicó en diálogo con dicho medio. Es así que en todos y cualquier caso que implique niñas y adolescentes el Programa brinda un acompañamiento diferenciado.