Abigail Duarte es alumna del 6to grado del Instituto Carlos Culmey de Montecarlo. Hoy nos cuenta su historia con su mascota y lo hace de la mano de la profesora Irene Laszeski, quien organiza y entusiasma a los chicos a escribir sobre ese “mejor amigo” que tienen en casa. Esta actividad escolar la comparte con nosotros como lo hicieron el año pasado así que conocerán varias tiernas historias que nos envía también Irene Ayala, la profesora de Computación.
Abigail cuenta así su historia: A mi perro lo adoptamos cuando era cachorro. Eran dos perritos, pero yo elegí el segundo: lo cargué en mis manos y él me movió la colita como si fuera que me estaba esperando. Cuando llegamos a casa estaba muy feliz de estar con nosotros.
Él es mi amigo fiel el que siempre me da una pata amiga.
Le pusimos de nombre “Pancho´´ porque su color de pelo me recordó al pan de los súper panchos. Al principio dormía en una caja de zapatos grande, yo tenía cinco años y él era algo cachorrito. Cuando volvía de la salita me recibía con la cola feliz y con ojos que señalaban que tenía hambre. Cuando lo acaricio; ¡qué feliz se pone! Me huele y me abraza la pierna. Cuando oye mis pasos me ladra como diciendo “¡qué bien que llegaste! ¡Te extrañé! También quiero comer´´.
Cuando mis padres se separaron Pancho vino y se sentó en mis piernas, me lamió. Antes de que mi papá se fuera le construyó una casa.
Pancho es mi mejor amigo. “Me alegra tenerte Pancho: eres parte de mi familia”. Mi mamá lo intenta bañar y le tiene algo de rabia porque chilla por la comida.
A mí no me importa porque es mi amigo fiel y un gran guardián.
Tengo una frase que siempre le digo a mi perro: “Nuestro lazo nunca se pierde ni se rompe”.