El Tribunal Penal de Oberá condenó a Blas Olindo Bóveda (54) como autor penalmente responsable del delito de “homicidio agravado por haber sido cometido contra la persona con quien ha mantenido una relación de pareja y mediando violencia de género en grado de tentativa” y lo sentenció a 12 años de prisión.
El juicio fue presidido por Francisco Clavelino Aguirre, titular del Tribunal, quien estuvo secundado por José Pablo Rivero y en esta oportunidad la terna fue completada por el subrogante Amado Julio Dante Carvallo.
El caso ocurrió en diciembre del 2020, en una vivienda del barrio Unido de San Vicente, donde convivían el acusado con quien en ese momento era ya su exconcubina. Sucedió que a causa de denuncias por violencia de género, al hombre le habían impuesto una orden de restricción de acercamiento.
Sin embargo pasado el tiempo, los hermanos del hombre hablaron con la mujer para que le permitiera ocupar un sector de la vivienda dado que no tenía donde alojarse. Fue así que de común acuerdo entre la expareja y los familiares de ambos, Bóveda volvió a residir en el mismo domicilio, pero en un lugar aparte de la casa precisamente para que no volvieran a ocurrir episodios de violencia o discusiones por la misma convivencia.
Sin embargo, una tarde en la que el hombre se despertó de la siesta puso la música un alto volumen. Esto molestó a la mujer por lo cual le pidió que la pusiera más despacio. Del otro lado no hubo empatía y el hombre se molestó aún más hasta que la atacó con un martillo golpeándola al menos cuatro veces en la cabeza.
La situación pudo haber sido aún más grave si en ese momento no se interponía el hijo de la mujer para evitar que continuara la agresión. El joven estudiaba en Posadas y ese día afortunadamente se encontraba en la vivienda de su madre.
La mujer fue llevada al hospital donde fue atendida por las contusiones y los cortes provocados por el martillo. La policía tomó conocimiento del caso y detuvo al agresor, quien complicó su situación ante la Justicia por ya poseer denuncias por violencia hacia su ex.
En ese momento trabajaba como remisero mientras que se exconcubina se ganaba la vida con un kiosco que tenía en la casa.