“Si vienes por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón. Los ritos son necesarios”, (Antoine de Saint-Exupéry – El Principito).
Sabemos que los perros son animales de rutina y si querés compartir tu vida con ellos debes respetársela. No obstante, hay ocasiones en las que podés romper algunas de esas rutinas, si bien vas a cumplir con el horario habitual, podrás variar el tiempo o el lugar del paseo.
Consideremos las rutinas básicas que tu perro debería tener si forma parte de la familia.
El paseo: lo que más disfruta tu compañero canino ya que es cuando se ejercita, hace sus necesidades, se relaciona con otros perros y personas y comparte tiempo con vos.
La Comida: Marca horarios que podrás respetar y establece un margen de tiempo para dejar su comida a disposición.
El descanso: Observa los momentos que tu perro elige para descansar y respetálos.
La socialización: hábito fundamental para el desarrollo de un perro saludable ya que son seres sociales.
El juego: tanto con otros perros, ya que socializan, y con vos porque desarrollan vínculo saludable.
El entrenamiento: pocos minutos al día son suficientes y sirven para reforzar comandos aprendidos o enseñar otros nuevos.
La estimulación mental: fortalece la salud mental de tu perro.