Vimos en la nota anterior que grandes sabios occidentales de la Antigüedad fueron vegetarianos, como eran los yoguis de Oriente, y observábamos que el vegetarianismo no es nuevo ni se circunscribe al ámbito del Yoga, ya que desde entonces importantes figuras de las letras, las ciencias y las artes lo han practicado y lo practican.
Entre los siglos XV y XVI, el genial artista, científico e inventor Leonardo Da Vinci era vegetariano y activista de la causa desde temprana edad debido a su gran amor por los animales. Sostenía que si requerimos la libertad para nosotros mismos, negársela a otros seres vivos es injusto. Llamaba al hombre “el rey de las bestias” y predecía que “llegará el tiempo en que los seres humanos se contentarán con una alimentación vegetal y considerarán la matanza de animales como un crimen“.
Pocos años después, entre los siglos XVI y XVII, el célebre escritor Miguel de Cervantes tampoco estaba de acuerdo con esa matanza y expresaba que “la alimentación de un hombre superior debe ser de frutos y raíces comestibles”. Y ya en el siglo XVIII, el escritor, historiador y filósofo Voltaire, defensor de la libertad y de los derechos civiles, también creía firmemente en las virtudes del vegetarianismo.
En unos años más, el autor francés Jean Antoine Gleizes exponía argumentos fisiológicos y éticos a favor del vegetarianismo en su libro Thalysie, publicado en 1821, obra que probablemente haya inspirado la creación de la primera sociedad vegetariana en 1847. También en el siglo XIX el gran compositor Richard Wagner fue un convencido defensor de los animales y el vegetarianismo.
Y ya entre los siglos XIX y XX, uno de los más grandes escritores de la literatura mundial, el novelista ruso León Tolstoi, sostenía que “si un hombre aspira sinceramente a vivir una vida más amorosa y espiritual, su primera decisión debería ser la de abstenerse de matar y comer animales”. Su defensa del vegetarianismo y la no violencia lo llevó a entablar amistad con su contemporáneo Mahatma Gandhi.
También entre los siglos XIX y XX, el inventor y empresario Thomas Alva Edison, quien desarrolló la industria eléctrica iniciada por Tesla -ambos defensores del vegetarianismo-, expresaba: “La no violencia conduce a la ética más elevada, que es la meta de toda evolución. Hasta que dejemos de dañar a otros seres vivos, seremos aún salvajes”. Y vamos al siglo XX en la próxima nota. Namasté.