Recientemente la NASA dio a conocer al mundo las primeras imágenes de las que se consideran las galaxias más antiguas, y que se consideran las más cercanas al Big bang.
Al igual que millones de personas, mi asombro me llevó a contemplar la imagen por varios minutos, detallar aquellos destellos de luz y óvalos de colores, que quedaron como un testimonio de que alguna vez allí estuvieron planetas, estrellas y galaxias enteras. Me emociona saber que cada vez que observamos alguna estrella, en realidad solo vemos la luz de un cuerpo celeste que podría ya no estar.
Supongo que, en algún punto de la galaxia, alguien también nos estudiará a nosotros o que incluso, por ahora; solo esté viendo un planeta inhabitado o lleno de dinosaurios. Todo es posible.
Pero hay algo más: todas estas investigaciones realizadas gracias al James Webb, nos recuerdan lo efímero de nuestra existencia, lo ínfimamente diminutos que somos ante la inmensidad del universo.
Para los científicos, este tipo de trabajos, así como la primera fotografía de un agujero negro, abre un abanico extenso de más cuestionamientos —que ni tan siquiera ahora consideramos plausibles— sobre nuestra existencia y la creación en sí. Como bien afirmó Bill Nelson, jefe administrador de la NASA: “Hacer posible lo imposible”.
Nunca es tarde para recordar que lo que verdaderamente quedará de nosotros serán nuestras acciones, nuestro legado, las memorias que creamos junto a otros. Millones de personas están limitadas a no poder cumplir con sus sueños porque no cuentan con el apoyo económico para ello. Otros, a pesar de contar con los recursos, se quedan a un lado observando cómo los demás cumplen los suyos porque tienen miedo, sí, miedo a lograr los suyos.
¿Qué te detiene a ti? Las posibilidades de existencia de otros seres son cada vez mayores, y estos descubrimientos nos demuestran a lo que el ser humano es capaz de llegar para conocer los misterios del Universo.
¿Entonces por qué despreciar la oportunidad de ir tras lo que queremos? No sé quién pueda estar necesitando estas palabras ahora mismo, pero quiero decirte que, si tienes la oportunidad de labrar tus sueños ¡hazlo!
No esperes que las cosas te lluevan del cielo. Ya te han dado el regalo más grande: estar con vida. Ahora te toca a ti hacer posible lo que crees imposible.