Los animales silvestres no son mascotas, sin embargo el mascotismo es una práctica muy grave que persiste en la provincia de Misiones.
Es que al extraer estos animales de la naturaleza, una vez acostumbrados al humano, pueden perder la habilidad de sobrevivir por cuenta propia. Además estas acciones atentan contra la biodiversidad de las regiones en las que habitan.
Someter al mascotismo a animales silvestres es una costumbre arraigada que amerita ser deconstruida en Misiones y que está prohibida por la Ley provincial XVI-11 (antes Decreto Ley 1279/80) de Conservación de la Fauna Silvestre.
El guardaparque de Misiones Javier “Colo” Báez manifestó a PRIMERA EDICIÓN que “entre una de las grandes complicaciones que tiene al traer una fauna silvestre está primero la desaparición de un organismo de la cadena trófica”.
“En segundo término podemos hablar dependiendo de qué animal sea también la dispersión de semillas de plantas como también así la dispersión de o la fecundación de algunas flores en plantas nativas. Eso en principio”, advirtió.
Señaló también “las enfermedades de la fauna silvestre que se pueden traer a la fauna doméstica como así también al hombre”.
“Otra es la pérdida escénica que puede tener algún lugar silvestre. Iguazú no sería tan bonito si no se pueden ver tantos monos como coatíes”, apuntó.
Por otro lado, Báez señaló que “estos animales están acostumbrados a otro tipo de vida y no a la doméstica, entonces seguramente al domesticarlos, o al intentar domesticarlos, le estaríamos dando alimentos que no son aptos para ellos”.
“La fauna que normalmente se secuestra de casas de familia son primeramente los monos, coatíes, tucanes y hasta pecaríes. Muchas veces se los tienen en cautiverio, después se escapan y pasan a ser un problema para la comunidad. Hay miles de inconvenientes al intervenir el hombre con la fauna silvestre”, señaló.
Mercado negro
El guardaparque observó que el mascotismo también suele afectar a pequeños insectos como las mariposas y los coleópteros, comúnmente conocidos como escarabajos, que en su momento se han secuestrado y son de carácter escénico.
“Con los coleccionistas también solemos tener estos problemas, por ejemplo con los coleópteros que al haber una gran diversidad, hay gente que se dedica a coleccionar diferentes bichos y quiere tener desde el más chiquito hasta el más grande. Se arma todo un mercado negro al respecto”, detalló.
En este contexto, consideró que “si las leyes fueran un poco más duras con respecto a la gente que pone mucho dinero para tener sus colecciones, este tipo de cosas no pasarían muy frecuente”.
Con respecto al mascotismo doméstico manifestó que “muchos actúan y hacen eso por desconocimiento, entonces con buenos proyectos educativos creo que podríamos eliminar este tipo de práctica”.
“Es un tema muy largo a discutir y se tendría que empezar con los más chicos que son los que entienden y después pueden cambiar un poquito la cabeza con respecto a estos temas”, enfatizó Báez.