Cuando a finales del año pasado el Fondo Monetario Internacional (FMI) empezó a darle forma a una propuesta que había impulsado el exministro de Economía, Martín Guzmán, para armar un fondo con Derechos Especiales de Giro (DEG) de países ricos que no estén usando ese dinero, en el Gobierno argentino comenzaron a frotarse las manos.
La idea era poder acceder a algunos dólares frescos con la intención de reforzar las alicaídas reservas del Banco Central (BCRA) en un año en el que a pesar de tener un récord histórico absoluto en materia de exportaciones, casi no pudo sumar divisas.
Finalmente, el FMI comenzó a elaborar el denominado Fondo de Resiliencia, que en realidad va a ser un fideicomiso con DEG, que es la moneda en la que se maneja el organismo multilateral de crédito. Estrictamente hablando, el fondo no va a ser en sí mismo del FMI, sino una administración paralela.
Le está costando bastante a Kristalina Georgieva, la directora gerente del Fondo Monetario, convencer a los países ricos que depositen ese dinero, pero lo estaría logrando de a poco. Se espera que para fin de año quede conformado. Serían el equivalente a u$s45.000 millones, es decir, casi toda la deuda que tiene la Argentina con la institución.
Pero, ¿Qué posibilidades tiene el país de aspirar a un nuevo crédito del FMI?
Técnicamente, la Argentina se ubica en el límite más alto en cuanto a naciones que podrían beneficiarse de algún crédito del fideicomiso. Podría aspirar a unos u$s1.300 millones.
En el Palacio de Hacienda vienen observando esa potencial fuente de financiamiento desde hace meses con mucho interés, pero según plantean algunos economistas que transitaron los pasillos de entidad financiera internacional ubicada al 700 de la calle 19 en Washington, le costaría mucho al titular del Palacio de Hacienda, Sergio Massa, fundamentar un pedido de préstamo.
Compromisos
“Sería muy difícil que el FMI pudiera usar ese fondo para aumentar la exposición con un país con el que tiene el programa más grande y con el cual no hay compromisos de reformas estructurales”, explicó a iProfesional Héctor Torres, exdirector por el Conosur del FMI durante la anterior gestión de Mauricio Macri.
Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) señala que el fondo de Resiliencia del Fondo Monetario se creó en mayo de este año “con el objetivo de asistir a países de ingresos bajos, de ingresos medios vulnerables y estados pequeños que enfrenten riesgos estructurales de largo plazo para su balance de pagos”.
“Inicialmente, apoyará reformas estructurales relacionadas con el cambio climático y la prevención de pandemias”, indica el informe de la OPC.
El financiamiento se instrumentará a través de una nueva línea de crédito, la Facilidad de Resiliencia y Sostenibilidad (Resilience and Sustainability Facility; RSF), que ofrece tasas de interés bajas y plazos de repago extensos (20 años, con un período de gracia de 10 años).
El monto de cada préstamo se determina caso por caso, con un límite máximo equivalente al 150% de la cuota del país en el FMI o DEG 1.000 millones (u$s1.300 millones), lo que sea menor.
Crédito
De este modo, la Argentina podría solicitar financiamiento por hasta u$s1.300 millones. El informe de la oficina técnica del Poder Legislativo señala también que tres cuartas partes de los miembros del FMI resultan elegibles para el RSF.
Para acceder al financiamiento, los países elegibles deben contar con un programa activo con el FMI, implementar un paquete de medidas en línea con el objetivo del FFRS, y presentar niveles de deuda sostenibles y una adecuada capacidad de repago.
“En base a la demanda estimada, el Fondo Monetario apunta a conseguir en el corto plazo aportes por al menos u$s45.000 millones para fondear el FFRS. El comienzo efectivo de las operaciones de préstamo está previsto para finales de año”, indica el reporte.
Lo que trascendió hace unas semanas es que la Argentina podría llegar a solicitar el préstamo en octubre, luego de aprobada la revisión de los números del segundo trimestre que se cumplieron con muchas dificultades. Pero en Economía aseguran que está fuera de la revisión.
Como se trata de un fondo para apoyar cuestiones ambientales, entre otras, no entraría en la revisión típica del acuerdo de Facilidades Extendidas en vigencia.
“No sé si habría simpatía para los DEG”
Claudio Loser, exdirector del Hemisferio Occidental del FMI en los años 90, quien muchas veces se sentó a negociar acuerdos con la Argentina, considera que políticamente no sería correcto que Argentina se anote para recibir fondos con Derechos Especiales de Giro (DEG) de países ricos.
“No sé realmente si habría simpatía de eso. El objetivo de ese fondo no es tanto ayudar a países en crisis, sino a países que están en real dificultad, fundamentalmente de ingresos bajos o ingresos medios. Es probable que no haya gran simpatía para decir que Argentina tenga acceso. Hay 80 países que están abajo de la Argentina”, señaló a Infobae Loser quien plantea que si el ministro de Economía, Sergio Massa, quiere acceder va a tener que elaborar un pedido “muy razonable”.
Este martes en CNN Radio Loser opinó de la reunión que mantuvo Massa con las autoridades del FMI y el Tesoro de los Estados Unidos.
“Fue muy importante la visita porque el ministro Massa, es el jefe del equipo médico y el protocolo con el Fondo no ha cambiado. Hay que ajustar la parte fiscal, hay que ajustar la parte monetaria, hay que eliminar una serie de subsidios y hay que mejorar el tipo de cambio, ese es el protocolo”, explicó el economista.
Con datos de iProfesional