Tras una extenuante carrera a lo largo de 100 kilómetros por la selva misionera, para lo cual invirtió 9 horas y 46 minutos, el posadeño Cristian Stanganelli se coronó como campeón en la edición 2022 de la Ultramaratón Yabotí disputada este domingo.
Este lunes, en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, el deportista contó acerca de su preparación para competir en una distancia tan larga, entre otros detalles de la “intrahistoria” de esta gran cita en El Soberbio.
“Fueron varios meses pensando en esta carrera y es un entrenamiento de prácticamente todos los días, porque terminás entrenando cinco veces por semana corriendo 100 km por semana, el gimnasio, la alimentación… o sea, es mucho esfuerzo, me he privado de muchas cosas para hacerlo, pero es un estilo de vida“, sintetizó.
Remarcó que “tengo que tener una conducta para correr cuatro horas todos los días y que sea de provecho, porque si no, tiraríamos todo a la basura”.
Respecto a la carrera, admitió que el objetivo era romper el récord de la competencia, “pero siempre visualicé el tener un buen resultado y por ahí cuando con el correr de los kilómetros le pasé (al que iba en cabeza) dije bueno, listo, estoy primero, quedan 45 kilómetros, cómo administro la energía. Creo que todos tenemos la posibilidad de que aparezca un poco de ansiedad y bueno, saqué fuerza de donde no había, pensé en la gente que tenía cerca, mi familia, mi hijo, mi papá, mis amigos, mi mujer y ahí fui para adelante. Pensaba ‘que no se rompan las zapatillas, que no me agarre un calambre’. Y después cambió todo eso por ‘sí, sí voy a poder'”.
“El único momento que paré fue en el kilómetro 53: me senté 15 segundos a tomar un gel y a cambiarme. Me iba a cambiar, pero no me cambié. Cargué comida en mi chaleco y seguí. Después, todo lo otro fue de tránsito lo más rápido posible”, detalló.
Explicó que “Todos los deportistas de este deporte tomamos un gel que tiene carbohidratos, como para recargarte, y yo tengo unos snacks que me hago de polenta y otro de papa, todos carbohidratos que el cuerpo pierde. Después, bebidas, agua o bebida isotónica, constantemente porque el cuerpo constantemente viene perdiendo y si te pasás deshidratado un poquitito y te agarra el calambre, terminó tu carrera, ya el cuerpo se desgastó”.
También describió que tras salir a las 12 de la noche rápidamente me quedé solo en la selva y ahí solamente se escucha el ruido de la selva, literal, pero después cuando empezó a amanecer y empezaron a salir las distancias más cortas, empecé a encontrar gente, amigos. El misionero es una persona muy dada, que alienta, cuando estás viniendo te dice ‘dale que podés, dale que vas a ganar’, y después muchos nos conocemos y ahí aparece la energía”.
“Al principio, está la energía de la selva, de los seres, es increíble de explicar, pero hay algo en la selva misionera que te empuja para adelante“, agregó.
Los inicios
Stanganelli reveló cómo empezó su pasión por el running: “Yo siempre fui de hacer mucho deporte y alguna vez me invitaron a una carrera en 25 de Mayo. Fui, gané mi categoría y ahí me empezó a gustar, me metí y se me hizo un estilo de vida y ahora está presente en toda mi semana: si tengo que viajar a un lugar, me llevo mis zapatillas, mis shorts y mi remera de correr. Cuando tengo alguna situación que tengo que enfrentar de la vida, por ejemplo el año pasado cuando mi papá tuvo un momento de salud muy malo y yo estuve en Buenos Aires 20 días, todos los días me iba a correr un rato, es el momento en que descargo, pienso que es realmente una parte fundamental de la vida“.