Waldman y Newberg han acuñado un concepto que ya está haciendo carrera. Lo llaman “comunicación compasiva”.
Hace referencia a ese tipo de comunicación en la que prima el respeto por el otro y la sinceridad. Justo el tipo de comunicación que se lleva a cabo cuando se tiene una conversación positiva.
Los investigadores descubrieron uno de los ingredientes cognitivos que caracterizan a una conversación positiva. Las personas entienden mejor cuando se separan las ideas y no se encadenan más de cuatro.
En otras palabras, hay mayor garantía de entendimiento si no se tratan varios asuntos a la vez.
Asimismo, las secuencias no deben incluir más de cuatro asuntos. Adicionalmente, se necesita al menos un lapso de entre 30 y 40 segundos para pasar de un tema a otro.
Waldman y Newberg también encontraron que algunas palabras impactan profundamente en las personas. Básicamente las palabras pobreza, enfermedad, soledad o muerte. Tales expresiones afectan la amígdala y facilitan la rumiación negativa de pensamientos.
Sin embargo, también descubrieron que se puede matizar el efecto que producen. Basta con que estas palabras no vayan al comienzo o al final de una frase.
Cómo es imposible eliminar las palabras negativas de la vida, lo adecuado es compensarlas con palabras positivas. Lo mismo cabe para las conversaciones.
Cuando una interacción ha sido negativa, debe compensarse con una conversación positiva. Esto permite equilibrar, no solo la interacción sino también la química cerebral. (lamenteesmaravillosa.com)