Un olero de 48 años deberá ir a juicio por el abuso sexual gravemente ultrajante de su hijo de 11 años, según lo requirió el fiscal de Instrucción Penal, Correccional y de Menores 1 de Puerto Rico, Héctor Daniel Simon.
De acuerdo a las fuentes y a la investigación a cargo de la Policía y del citado Ministerio Público, los vejámenes al niño se iniciaron en las vacaciones de invierno del año pasado, cuando fue a visitar a su progenitor y se quedó en su domicilio, ubicado en Garuhapé.
Según lo que se desprende de la Cámara Gesell, en la que la víctima hizo su relato frente a profesionales del Poder Judicial, en ese mes de julio su padre lo abusó en reiteradas ocasiones, siempre de acuerdo a lo vertido en el auto de elevación.
Cuando la madre del menor se enteró de lo sucedido, el lunes 27 de septiembre de 2021, radicó la denuncia correspondiente ante la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional IV.
En tanto que al conocerse los dichos del niño, surgió que su hermano de 13 años dijo haber atravesado una situación similar, pero a manos de un primo (sobrino del acusado). En ese último caso el agresor es adolescente, por lo que se le abrió una causa ante el Juzgado Correccional y de Menores, teniendo en cuenta su edad.
Cámara Gesell
Según habría relatado la madre de las víctimas, ella se enteró de lo que estaba sucediendo cuando se quebró su hijo de 11 años en el contexto de un almuerzo familiar. Momentos más tarde buscó la oportunidad para dialogar con él y con su otro hermano de 13, donde ambos le contaron lo que estaba sucediendo en casa de su padre cuando los llevaba los fines de semana, cumpliendo un régimen de visitas.
En esas circunstancias, en medio de los relatos surgió que el primo de ambos también abusó de uno de ellos (del menor de 13 años). Ese caso actualmente está siendo investigado.
Un dato no menor que habría aportado la denunciante, es que sus hijos le contaron que tanto su padre como el primo de ellos se habrían puesto de acuerdo para perpetrar las agresiones sexuales y que todo al parecer sucedía cuando el imputado consumía bebidas en exceso, confiaron las fuentes.
Tras ser detenido el acusado, su hijo de 11 años fue examinado por una psicóloga quien concluyó que tras el hecho presentaba graves secuelas, como ser “dificultades en el aprendizaje, trastornos de sueño como pesadillas e insomnio, aislamiento, temor desmedido y generalizado causando estado de hiperalerta, distorsiones perceptivas, irritabilidad y agresividad social contenida”, agregó un portavoz en base al auto de elevación.
Al respecto se supo que la calificación solicitada por el fiscal en el requerimiento contra el imputado es por los delitos de “abuso sexual simple agravado por el vínculo (varios hechos), abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo y corrupción de menores, todo en concurso real”.
El acusado “no tiene límites”
También trascendió que durante la instrucción de la causa el acusado fue sometido a un examen psicológico que arrojó que “no tiene límites respecto al otro” y que “no tendría tacto en las relaciones” y una “personalidad inestable emocionalmente, indicadores de impulsividad”, según agregaron las fuentes.
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