A diez años de la Ley Provincial de Educación Vial y ocho de la implementación del Programa de Educación Vial del Consejo General de Educación (CGE), se sigue trabajando para tratar de cambiar la forma de manejar de los misioneros, apuntando a la educación en valores desde muy pequeños.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la responsable del Programa de Educación Vial, Norma Cuquejo, recordó que desde 2015 a la fecha de capacitó a más de 8.000 docentes de todos los niveles. “Los chicos aprenden educación vial desde el Nivel Inicial, porque el alcance del programa va mucho más allá de darle los conocimientos teóricos para que los alumnos puedan sacar su carnet de conducir al cumplir los 18 años”, indicó.
En este contexto, aseveró que “nuestra apuesta es la educación en valores, no sólo enseñar qué dicen las normas, porque estamos convencidos que las normas las conocen todos los usuarios de la vía pública. Se supone que los peatones conocen las normas, pese a que uno aún ve peatones que cruzan la calle enviando mensajes con el celular, sin mirar por donde transitan y cruzando por cualquier lado. Esta es una falla grave y hay que entender que el peatón también tiene responsabilidades, aunque sea el más débil dentro de los usuarios de la vía pública”.
Movilidad sustentable
Cuquejo indicó que uno de los temas sobre los que trabajan como eje es el de la movilidad sustentable.
“En Posadas hay muchos usuarios de bicicletas que no sólo usan este medio de transporte como actividad deportiva o entretenimiento sino también para trasladarse. Estamos viendo también el uso de las patinetas eléctricas sobre las que aún no hay legislación… se ven personas andar de a dos en estas patinetas e incluso con criaturas. También hay personas que andan con estas patinetas sobre la vereda”, indicó.
Convivencia cada a vez más difícil
Para Cuquejo, el tránsito es una manifestación social y, como tal, muestra “la convivencia cada vez más difícil, nuestra sociedad que es cada vez más agresiva en su forma de conducir. Antes era más frecuente ver hechos de conducta agresiva en los varones pero cada vez hay más conductoras arriesgadas”.
Por eso, señaló que “trabajamos desde los valores porque se trata de convivencia, cuando los chicos aprenden a compartir el espacio por donde tienen que desplazarse, cuál es el lugar de juego, aprenden a respetar esas normas que hacen a la convivencia. Estos temas los vemos desde el nivel inicial y en la primaria, no sólo en ciencias sociales, sino también en otras materias. Por ejemplo, cuando le dan geometría y las formas de desplazamiento, la rotonda por ejemplo. En algunas escuelas ya pusimos sentidos de circulación a los espacios comunes, como las galerías, como para ir incorporando estos contenidos”.
El tránsito en la zona urbana
La responsable del programa explicó que diferencian el tránsito de la zona urbana y la rural porque los alumnos de zonas rurales tienen otra problemática.
“Por un lado, están los que tienen que hacer una distancia considerable para poder llegar a la escuela, para poder llegar a las 7 de la mañana salen cuando todavía está oscuro y caminan al costado de la ruta. Ahí está el problema de los vehículos que se desplazan a enorme velocidad y que provocan accidentes muy serios. Recuerdo en Dos Arroyos cuando un camión llevó por delante a un auto y fallecieron cuatro docentes, eso impactó muchísimo en la comunidad educativa de la escuela. A partir de ahí cambiaron su mirada y conducta, trabajaron más fuertemente en educación vial porque se sienten identificados con la problemática. En San Vicente cuando fue arrollado un chico a la salida de la escuela generó que toda la comunidad se manifestara pidiendo medidas de prevención”, recordó.
Adolescentes críticos
La ley de Educación Vial de Misiones, aprobada en 2012, plantea el desarrollo como contenido transversal por lo que los maestros y profesores de las diferentes áreas tienen contenidos donde pueden incluir educación vial. “Hoy hablamos mucho de educación ambiental y nosotros abogamos desde la educación vial el uso de medios de transporte sin emisión de carbono, de evitar la contaminación sonora con los escapes, la música alta y los motores de las motos. Es decir que también hacemos educación ambiental desde la educación vial”, destacó Cuquejo.
Indicó que los niños ya tienen incorporado el uso del cinturón cuando viajan en el asiento de atrás de los autos. “Desde chicos aprenden las normas, como el significado de los colores del semáforo y cómo tiene que actuar el conductor del auto. Por eso, muchas veces son los chicos los que llaman la atención a sus padres y abuelos”, indicó.
A su entender, una de las características de los adolescentes es que son muy críticos, “una de las propuestas que más nos hacen en las secundarias es salir a la caza de infracciones y documentarlas con los celulares. Los adolescentes son muy críticos, dicen que los responsables del tránsito convulsionado son los adultos. Incluso, son los primeros en hacer el llamado de atención a los adultos cuando regalan la moto a sus hijos antes de cumplir la edad reglamentaria o les dan el auto para que manejen”, advirtió.
Además, según señaló, a los adolescentes les preocupa mucho que los amigos salgan de fiesta y no regresen sanos a su casa. “Esta es una preocupación común entre los chicos del interior y de Posadas, por lo que vimos en los diferentes encuentros y radios abiertas con alumnos de secundaria”, precisó.