La grave crisis económica motorizó las últimas protestas que desplegaron en el país los movimientos sociales que hasta ahora estuvieron más ligados al kirchnerismo y que cada vez se posicionan más lejos de ese espacio.
El fenómeno, que afecta políticamente al Gobierno porque pone en riesgo el llamado “control de la calle”, amaga con tomar una mayor conflictividad, según los propios dirigentes piqueteros.
La situación es muy delicada y golpea más a los pobres que con sus salarios mínimos no cubren la canasta de indigencia en el país donde la inflación está entre las más altas del mundo.
Además, a la tensión cambiaria que no afloja se suman los mercados que desconfían de las medidas anunciadas por la ministra de Economía, Silvina Batakis, al considerarlas insuficientes, mientras continúan cubriéndose comprando dólares. La imagen parece una tormenta perfecta para más reclamos.
Por el momento, el Movimiento Evita, Barrios de Pie y la Corriente Clasista Combativa no se plegaron a las marchas de protesta del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), pero el Frente Popular Darío Santillán y la CTA Autónoma son organizaciones que empezaron a coordinar acciones con el Frente de Unidad Piquetera que lidera el Polo Obrero de Eduardo Belliboni.
Sin embargo, la situación social es una olla a presión y los líderes de esas agrupaciones oficialistas (que al igual que el MTE integran la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) reciben constantes presiones de parte de sus bases para salir a la calle.
Por sus compromisos con el Gobierno al ocupar cargos importantes en el Poder Ejecutivo, los referentes del Movimiento Evita desisten de participar en las manifestaciones contra el Gobierno, y contienen los reclamos, si bien entienden los motivos del descontento.
Mientras tanto, la UTEP y la Unidad Piquetera no se detienen y ya anunciaron una nueva movilización multitudinaria para el próximo miércoles 27 de julio.
Esta semana el secretario general del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, abrió una grieta dentro de los movimientos sociales afines al oficialismo al sostener que “no es el momento de discutir el Salario Básico Universal (SBU)”, en contraposición con el dirigente social Juan Grabois que manifestó su apoyo y reclamó la implementación de la medida para evitar “estallidos sociales”.
El debate en torno al SBU ocurre en el contexto actual donde casi el 40% de la población del país estaba bajo la línea de pobreza durante el segundo semestre de 2021 y, en cuanto a la edad, el mayor nivel de pobreza se da en el grupo de 0-14 años, llegando al 51,4% de las personas, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
De esta forma, con una población estimada en 45 millones de personas, estas cifras implican que alrededor de 16,6 millones se encuentran en situación de pobreza, y de ese total 3,6 millones son indigentes en la Argentina.
Además, la línea de pobreza ya quebró los $100 mil pesos para una familia tipo y un salario mínimo vital y móvil no cubre la canasta de indigencia.
Este escenario socioeconómico se produjo en junio a partir de la fuerte suba de los alimentos y los ajustes en los servicios.
Pero el dato más grave es que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) superó el valor del salario mínimo vital y móvil que en junio fue de $45.540. Para peor, en julio la inflación ya tiene un piso entre 7% y 8% y la proyección para agosto no es muy diferente lo cual pone en jaque la situación de los asalariados.
Durante junio, los alimentos tuvieron un incremento de 4,6%, de acuerdo a la medición oficial.
“Esto no da para más”
En esta situación toman relevancia las duras palabras de Juan Grabois, referente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular y de nexo directo con Cristina Kirchner, que aún suenan fuerte en la Casa Rosada luego de encabezar este miércoles una masiva movilización de los movimientos sociales alineados con el kirchnerismo y de una parte de los movimientos sociales de la izquierda en el Puente Pueyrredón para demandar justamente la creación de una nueva política de ingresos destinada a adultos de bajos o nulos ingresos.
En un duro discurso, en el que criticó al presidente, Alberto Fernández, y lo emplazó a implementar el Salario Básico Universal, Grabois lanzó una fuerte advertencia al Gobierno.
¡Por qué no se dan cuenta de que no es política nada más, la puta madre! Es obvio que esto no da para más. Es fácil Alberto, es muy sencillo el reclamo. Si no, para qué te pusimos ahí. Te pusimos ahí para que haya menos pobreza, no para que haya más. Si no te gusta el salario universal inventá otra cosa. No digas que hay que calmar a los mercados, vení y calmanos a nosotros. Algunos gauchos acá estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en la calle para que no siga habiendo hambre en la Argentina”, enfatizó Grabois.
En otro párrafo de su encendido discurso el dirigente social, con teléfono directo con el Vaticano, acusó a la CGT de no dar respuestas: “Hay un sector cada vez más amplio de los trabajadores que no tiene ninguna protección y que en la Argentina no están cayendo en la pobreza, sino en la extrema pobreza, la indigencia”.
“Es una cosa muy extraña. Siempre pongo el ejemplo de Sanidad. Respeto mucho a la CGT, a todos los dirigentes sindicales, pero en Sanidad, que es el gremio del titular de la CGT (Héctor Daer), el personal pasa hambre, la gente que labura en las clínicas pasa hambre. Me cuesta entender a esta gente. No los entiendo”, apuntó Grabois.
“Prefiero decir estas cosas ahora y no lamentarme cuando empiecen los saqueos”, expresó Grabois sólo 24 horas después del acto en el Puente Pueyrredón en diálogo con C5N y no dudó en afirmar que el estallido social podría darse en “semanas o meses”.
“El principal problema es la miseria que hay en este país”, resaltó el líder social que repitió que podría “correr sangre en la calle” si el Gobierno no reacciona a tiempo.
“Los gobiernos que se fueron indecorosamente cayeron por estallidos sociales. Para que haya estabilidad política tiene que haber estabilidad económica y para que haya estabilidad económica tiene que haber estabilidad social. Esto lo decía Evo Morales”, señaló.
Y agregó: “No hay forma de que exista estabilidad social con estos niveles crecientes de pobreza y la falta de reacción con medidas sociales del Gobierno”.
“Es un avance contra el ajuste”
El brazo social del Partido Obrero también volvió a reclamar esta semana por el bono de $20 mil para precarizados, monotributistas A y B, jubilados, y la apertura de los cupos del Potenciar Trabajo. Además, piden el aumento del Salario Mínimo, Vital y Móvil a 100 mil pesos.
Si bien los reclamos son distintos, desde el Polo Obrero aclararon que la movilización del miércoles también estuvo nucleada dentro de la convocatoria de las organizaciones de Grabois: “Aún sin acordar con la propuesta del Salario Social que reclaman los compañeros del MTE, creemos que es un avance que se sigan sumando más compañeros a la lucha contra el ajuste”.
Su líder, Eduardo Belliboni, compartió diversos encuentros, charlas y asambleas en el último tiempo con Grabois. Incluso, la semana pasada ambos marcharon al mismo tiempo -aunque en puntos diferentes- en el centro porteño.
“Vamos a movilizar fuertemente el 27 a Plaza de Mayo, contra el ajuste y por todos los reclamos. Un ajuste que golpea por igual a los barrios y a los trabajadores. A esta acción hemos invitado a la UTEP, que, coincidiendo en muchos puntos, quedó en debatir la posibilidad de confluir”, sostuvo Belliboni.
Apoyo
A sólo 24 horas del fuerte discurso de Grabois, donde habló de “estallidos sociales” y advirtió por el “creciente nivel de pobreza y la falta de reacción con medidas sociales del Gobierno”, el secretario general del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, marcó la diferencia dentro de los movimientos sociales afines al oficialismo al sostener que “no es el momento de discutir el SBU”.
Alineado al Gobierno nacional, el subsecretario de Promoción para la Economía Social marcó distancia del reclamo que motoriza el líder del MTE y del Frente Patria Grande que “los salarios estén por arriba de la línea de pobreza”.
Convertido en la “Pata piquetera” de Alberto Fernández, Pérsico hizo declaraciones este jueves en Radio con Vos, y expuso diferencias ideológicas importantes con Grabois y marcó distancias también con los diputados nacionales del propio Movimiento Evita Leonardo Grosso y Eduardo Toniolli, quienes apoyaron públicamente el SBU.
Al respecto dijo que le “parece muy bien el reclamo”, pero que “lo primero tenemos que hacer, porque hay una corrida bancaria de sectores que están apostando fuertemente detrás de estos intereses, es colaborar lo más posible en darle fuerza al Gobierno para que pueda resolver esta crisis”.
También se distanció de Grabois respecto de sus fuertes críticas contra el Presidente cuando advirtió que “hay que despertar al Gobierno” porque “esto así no va más”, el funcionario albertista aclaró que no es momento de “hacer leña del árbol caído” y pidió a todos lo argentinos “ayudar a calmar la situación”.
“No hemos salido a hacer leña del árbol caído porque no es lo que hay que hacer. Todos los argentinos tenemos que ayudar a calmar la situación y especialmente los que somos parte del Gobierno”, señaló.
Además, Pérsico explicó que en el futuro será necesario “hacer un recorte en los salarios y las ayudas sociales”, pero que “eso no se puede hacer en medio de la tormenta”, sino que “hay que buscar refugio y protegerse”.
“Después cuando escampe, uno puedo empezar a reparar lo dañado. Todavía estamos en medio del huracán”, graficó el funcionario del Ministerio de Desarrollo Social.
Ante la consulta sobre la posibilidad, según Grabois, de que “si no hay un golpe de timón redistributivo inmediato de parte del Gobierno van a producirse saqueos”, Pérsico opinó que no ve “un escenario de saqueos en Argentina” ya que “hay un nivel de ayuda social que no lo genera”.
No veo un escenario de saqueos en Argentina. No los hay desde hace mucho tiempo, porque hay un nivel de ayuda social que no lo genera. Ni en el Gobierno anterior ni en este. No creo que esté ahí el problema. Es opinión de Juan (Grabois) y la respeto”, aclaró Pérsico.
En un llamado a la prudencia, y diferenciándose de Grabois, el jefe del Movimiento Evita sostuvo que “es momento de ayudar a calmar la situación”. “Tenemos un problema de inflación, de control de dólares y de poder político”, analizó sobre el escenario económico y político.
“No actúan con firmeza”
Por su parte, el diputado nacional del Frente de Todos y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, se sumó a las expresiones de malestar de referentes kirchneristas contra el Gobierno, al asegurar que en el actual contexto de crisis social “no actúa con firmeza”.
Además, el dirigente sindical de extracción docente defendió a Grabois, quien fue criticado por propios y ajenos por su combativo discurso contra el Gobierno. “Creo que hay una situación que hace que este tipo de expresiones uno las comprenda, porque el Gobierno muchas veces no da las señales que tiene que dar y no actúa con la firmeza que tiene que actuar”, sostuvo.
En declaraciones radiales, Yasky cuestionó que el Gobierno ponga por delante la idea del “no se puede” cuando desde las organizaciones de base le traen propuestas como el Salario Básico Universal.
Un salario mínimo no cubre la comida de una familia
Un matrimonio con dos hijos en edad escolar necesitó reunir ingresos por $ 104.216,80 durante junio para proveerse de un conjunto de alimentos y servicios básicos para la subsistencia, según datos que publicó este jueves el INDEC.
Estas cifras no captan ninguno de los aumentos que se produjeron durante junio. Representa un alza de 4,55% respecto a los valores de mayo y, de esta forma, en el primer semestre el incremento es de 36%. En la medición interanual, el alza es de 57%.
Este es el costo que el mes pasado alcanzó la Canasta Básica Total (CBT), compuesta por alimentos y servicios básicos para la manutención de un mes de un hogar de dos adultos y dos menores, y que delimita la pobreza de la clase media baja.
En tanto, el límite de la indigencia para el mismo grupo familiar se ubicó en $ 46.525,36. Este resulta el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) para que el mismo grupo familiar pueda comer ya que este conjunto excluye servicios, transporte, indumentaria y salud.
Pero el dato más grave es que la CBA superó el valor del salario mínimo vital y móvil (SMV) que en junio fue de $45.540.
En consecuencia, una persona con un trabajo a cambio de esa remuneración cuando percibió esa cifra los primeros días de julio ni tan siquiera puede aspirar a darle de comer a su familia.
La situación se agravará en las próximas semanas, ya que recién está prevista una nueva suba del SMV para agosto que los trabajadores percibirán en sus bolsillos en septiembre. Ese aumento será del orden del 5% hasta llegar a $ 47.850.
Sin embargo, en julio, la inflación ya tiene un piso entre 7% y 8% y la proyección para agosto no es muy diferente lo cual pone en jaque la situación de los asalariados.
Durante junio, los alimentos tuvieron un incremento de 4,6%, de acuerdo a la medición oficial.
“El Gobierno empuja a una situación de saqueos por la falta de comida”
En plena crisis económica, el dirigente social Raúl Castells sostuvo que la situación social es compleja y alertó la posibilidad de la existencia saqueos en el país. El martes pasado, se hizo viral un video en el que se lo vio protagonizar un intento de toma en un supermercados de Rosario al reclamarle al Gobierno que haga entrega de bolsones de comida destinados a comedores.
“El Gobierno empuja a que se termine en una situación de saqueos por falta de la comida en un país donde 1 de cada 4 se alimenta en lugares comunitarios. El lugar donde más cercano a esa situación se está es en Rosario. Nunca había escuchado que se hicieran embutidos con los condimentos de un chorizo, pero en lugar de carne, con polenta”, sostuvo Castells en diálogo con Metro 95.1. Tras los permanentes cuestionamientos al gobierno del líder del MTE, Juan Grabois, militante oficialista, Castells evitó opinar al argumentar que se trata de “funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social que discuten el manejo del presupuesto”.
Cuestión de caja
“No nos metemos en las internas de Grabois y el Gobierno. Ellos son funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social y lo que discuten es el manejo del presupuesto. En el ministerio, el Evita maneja los planes”, apuntó.
Y concluyó: “El MTE de Juan Grabois maneja un presupuesto de $ 70.000 millones del proyecto de urbanización de los barrios populares. Nos mantenemos al margen. El área de La Cámpora maneja el tema de la tarjeta alimentar y tienen $ 248 mil millones de pesos en el manejo, y hay una pelea interna por esa plata”
“La política tiene que encontrar la salida a la crisis que vive el país”
El consejo directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) ratificó la marcha del 17 de agosto al Congreso de la Nación y consideró que “la política en su conjunto tiene que encontrar la salida” a la crisis económica que atraviesa el país.
Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT, sostuvo que la protesta será contra los especuladores que suben los precios, pero también buscará llamar la atención de los políticos, al considerar que todos deben hallar una solución.
A su entender, “este proceso inflacionario erosiona todas las variables macro económicas y los salarios”.
“La CGT cree que la decisión de encontrar un camino común que permita salir de esta coyuntura de crisis la tiene la política toda”,
“La situación de crisis “tiene origen fundamentalmente en el endeudamiento que se generó en el gobierno anterior, tanto en los sectores de bonos privados como el FMI, que secaron las arcas de divisas”, cerró Daer.
Movimientos sociales se distancian del kirchnerismo
Desde la semana pasada el Polo Obrero y Barrios de Pie realizan asambleas conjuntas para organizar protestas ante la crisis económica que afecta al país, a las que también empezaron a adherir la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), aliadas al igual que el MTE de Juan Grabois. Y ya adelantan que habrá más protestas que los encontrarán a todos juntos.
Una de las razones detrás de ese acercamiento a las agrupaciones del frente Unidad Piquetera es que, precisamente, todas esas agrupaciones forman parte en mayor o menor medida del mismo Gobierno al que sus representados le reclaman ahora ayuda para enfrentar la crisis como bonos extraordinarios, “universalización” de planes como el Potenciar Trabajo o la implementación de un Salario Universal Básico.
Esto refleja el impacto social de la crisis inflacionaria y cambiaria en un país con altos niveles de pobreza y es un problema político para el Gobierno.