Las rutas son un elemento importante en el desarrollo socioeconómico de la provincia: contribuyen a la economía local y regional, facilitan el turismo, fomentan el comercio y mejoran la calidad de vida de las personas. Pero, si no se hace un correcto uso de la infraestructura vial se generan impactos negativos en los ecosistemas naturales que los rodean, además de poner en riesgo la vida de personas.
A pesar de que las rutas conectan a las personas, de manera completamente opuesta, pueden dividir la selva y la fauna que la habita. A ello se lo llama fragmentación de hábitat y sucede cuando un ambiente natural es transformado de manera tal que queda dividido en fragmentos o “parches” aislados entre sí. Es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad y puede conducir a algunas especies a la extinción.
Las rutas generan fragmentación de hábitat para algunas especies, y obligan a la fauna silvestre a atravesarlas en busca de agua, alimento, pareja, refugio o simplemente trasladarse de un lado a otro. Es por esa razón que hay ciertos tramos en las rutas de Misiones donde hay límites de velocidad anunciados, por ejemplo, el tramo que atraviesa el Parque Provincial Urugua-í posee una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora y la ruta que atraviesa el Parque Nacional Iguazú igual.
Estos tramos están en áreas de selva que son esenciales para conservar la diversidad natural y cultural, y brindar bienes y servicios ambientales que son imprescindibles para la sociedad.
Lamentablemente, a pesar de las señalizaciones, un análisis realizado por Fundación Vida Silvestre en Misiones, donde trabaja hace más de 20 años, demostró que más de 5.000 animales mueren al año por esta problemática en rutas que atraviesan áreas protegidas en Misiones, entre los que se encuentran desde lagartos, aves y pequeños mamíferos, hasta animales de gran tamaño como pumas, tapires o yaguaretés. Y este número podría estar subestimado, ya que hay poco registro de algunos grupos como anfibios, que son muy impactados, pero no son reportados.
Es más, una investigación de opinión pública realizada en la provincia posicionó al atropellamiento como una de las principales razones que amenazan al yaguareté, tanto por las colisiones contra la especie como de sus presas. Y para el 98% la extinción del tigre criollo sería muy grave. Por esa razón, durante el 2021 instalamos carteles sobre la ruta nacional 12 elegida por lo transitada que es, su visibilidad, y casos emblemáticos de atropellamientos para fortalecer la concientización de la problemática.
Es importante que trabajemos en conjunto, continuemos visibilizando esta problemática, y busquemos soluciones que nos permitan convivir en armonía con nuestra fauna.
Siempre, y en este receso invernal durante el que ya se nota un importante movimiento turístico, es fundamental que todas las personas respetemos los límites de velocidad para reducir al máximo esta problemática.
Recordemos: atropellarlos es extinguirlos, respetemos los límites de velocidad.