Ambos se conocían porque habían trabajado en una chacra para un mismo patrón, pero esta anterior relación de compañeros no sirvió para frenar los impulsos asesinos. Uno mató al otro de un hachazo en la cabeza. El atacante fue un brasileño de 52 años identificado Ariel Monteiro “Ari Bicho”, quien será juzgado por la muerte de Santiago Simón Muller (25), hecho ocurrido el pasado 27 de noviembre.
Luego que se completara la etapa de recolección de pruebas y la fiscalía solicitara la elevación a debate del caso, en los últimos días el Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú a cargo del magistrado Martín Brites, giró el expediente al Tribunal Penal de Eldorado. En una fecha que aún resta determinarse, el acusado será juzgado por el delito de “homicidio simple”, artículo 79 del Código Penal, el cual establece una pena de entre 8 a 25 años de prisión.
El caso ocurrió en Paraje El Pesado, a unos 12 kilómetros de la localidad de San Antonio. En una precaria vivienda o en torno a ella se encontraba Muller en compañía de otros conocidos. Compartían algunos tragos en medio de una larga charla. Alrededor de las 1.30, llegó al sitio “Ari Bicho”, quien era el cuidador del lugar.
Según los testimonios recogidos en la etapa de instrucción, apenas el brasileño vio que allí estaba Muller, lo acusó de robo: “vos me robaste mi plata”, le dijo para luego asestarle un hachazo en la cabeza que lo mató en el acto. Escapó del lugar y los que estaban con Muller avisaron a la policía que su amigo estaba muerto dentro de la casa de madera.
Efectivos de la comisaría de San Antonio salieron a buscar al sindicado en plena madrugada y lo hallaron oculto en una chacra cercana y lo detuvieron. A los policías les habría dicho que lo mató por “motivos personales”.
En el llamado a indagatoria ante el juez, por consejo de su defensor “Ari Bicho” se abstuvo de declarar. Días después pidió hablar y fue trasladado nuevamente al juzgado. En su versión de lo ocurrido manifestó que efectivamente conocía a Muller, porque antes habían trabajado juntos pero por problemas que había tenido con su patrón le negaron que siguiera realizando labores allí.
En ese contexto dio un relato distinto y señaló que él estaba dentro de la precaria vivienda cuando ingresó Muller y le dijo que le iba a robar la plata y después iba abusar de él. Siempre según la versión del acusado, alcanzó a bajarle los pantalones y él se defendió asestándole un golpe con el hacha.