Un nuevo informe de La Casa del Encuentro dado a conocer el viernes pone en cifras concretas y dolorosas la sensación que se puede palpar día a día al consumir las noticias que surgen de forma cotidiana: un total de 143 femicidios registró en el primer semestre de este año en el país el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, que coordina la mencionada asociación civil y que además refleja que 162 hijos quedaron sin madre por este motivo en lo que va de 2022.
Si bien las cifras oficiales son las que elabora la Corte Suprema de la Nación y recién serán divulgadas cuando finalice el año, el seguimiento realizado por distintas organizaciones de la sociedad civil -cada una con criterios propios y, por lo tanto, con diferentes resultados- permite un análisis a lo largo del tiempo.
Así, la fría estadística muestra que probablemente el año termine en las cifras habituales de los períodos anteriores: en torno a 300 episodios por año.
Es decir, que la creciente visibilización, la lucha de organizaciones de la sociedad civil y los relativos avances aportados por las sucesivas administraciones políticas aún no fueron suficientes para revertir este flagelo casi endémico en el país, como lo es en otros muchos.
Desde La Casa del Encuentro apuntan a la “pata” judicial (con una mayor protección a quienes denuncian violencia de género) y la legislativa (con actualizaciones normativas) como las encargadas de dar los siguientes paso en este combate.
Bien es cierto que los cambios culturales -como el que se necesita para desnaturalizar las violencias contra la mujer y disminuir las cifras criminales- necesitan tiempo para producirse. Pero también lo es que prácticamente cada día que pasa, hay una mujer menos en Argentina. Tan sencillo como crudo.