El economista Carlos Melconian, fue entrevistado a raíz del encuentro que tuvo el miércoles con la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner. Melconian aclaró que la vicepresidenta no lo llamó a él, sino que fue un encuentro institucional, por su rol de presidente del IERAL, que -dijo- ya hizo público su deseo de “hablar con todo el mundo: gente de la política, del oficialismo, la oposición, gobernadores, la iglesia, gente de diferentes niveles de la Justicia, sindicatos, empresarios, líderes políticos”.
“Nos tomamos muy a pecho el tema apartidario, desideologizado, estamos hablando con todo el mundo y se van armando agendas que yo no manejo. Llegó el día y fui. Es la figura vicepresidencial y yo estoy trabajando por la Argentina arriba de la grieta”, explicó Melconian en diálogo con el programa “Sábado tempranísimo”, por radio Mitre, en el que aclaró: “No tengo un discurso en privado y otro en público; con pragmatismo hace 30 años digo lo mismo”. Lo que le dijo a la vicepresidenta, señaló, “tiene que ver con lo que venimos diciendo, tanto el IERAL como yo como economista profesional”.
“Si a mí me llama un presidente o una autoridad, aunque yo no esté de acuerdo en lo ideológico, yo voy. Distinto es que luego quiera hacer algo con ellos. Ahí sí uno se reserva lo personal, el afecto”, aclaró. Además de manifestar que Cristina Kirchner era la única figura política con la que hasta ahora nunca se había reunido y con la que completó su “álbum de figuritas”, así como en su infancia la “figurita difícil” era (Juan Carlos “Manija”) Puntorero, que jugó en Chacarita campeón de 1969. La charla fue “media hora institucional y el resto actualidad”, dijo Melconian, quien se cuidó de atribuir frases o dichos a Cristina, limitándose a expresar lo que él piensa y le transmitió.
Pese a su reticencia a exponer lo que dijo Cristina, Melconian concedió que hablaron sobre “la moneda, las importaciones, incluso el tema del fisco”. Y respecto a la reciente frase de la vicepresidenta sobre un “festival de importaciones”, insistió en su diagnóstico. “Yo he dicho privada y públicamente que la Argentina tiene un problema de dólares en sus importaciones por el modelo macroeconómico. En términos de importaciones sobre PBI, de un país con 50 millones de habitantes o en comparación con otros países, no está en un boom de importaciones ni en una apertura, es todo raquítico”.
Además, volvió a criticar el “supercepo” y señalar las importaciones de energía. “Nos estamos ahogando en un vaso de agua creyendo que tenemos super-importaciones. ¿Más lupa a las importaciones le van a poner? Hay que dar vuelta el programa macroeconómico. Quiero el país que imaginamos con la Fundación Mediterránea y el IERAL, pero faltan 18 meses”.
Respecto de cómo atravesaría el actual gobierno ese plazo, Melconian señaló: “El 15 de noviembre, después de la elección de medio término, como ocurrió en 2013, los gobiernos tienen que agarrar el manual de llegar a la otra orilla. Pero no sacaron el manual. Hemos perdido seis o siete meses. Lo único que hubo fue un acuerdo por resignación con el FMI, que también se lo viola. La complicidad del FMI es acompañar los desvíos. Que no se le agote la paciencia”.
De todos modos, señaló que el actual gobierno “de algunas modificaciones clásicas no se va a salvar”. Al respecto, recordó que en 2014, durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner, ocurrió el “fabregazo”, en referencia al entonces presidente del BCRA, Juan Carlos Fábrega. Según Melconian, fue “un ajuste clásico, el Gobierno tuvo que poner pierna fuerte en lo cambiario, tuvo que poner pierna fuerte con el Club de París, acordar con los gobernadores, acordar con los bancos, poner pierna fuerte en lo fiscal y casi pierna fuerte con los buitres”.
“Te guste o no te guste, aunque te puteen -señaló.- hay momentos en que tenés que ponerte al frente: Fábrega devaluó. Puso los huevos arriba de la mesa. Se dio cuenta que la devaluación diaria no alcanzaba. Tuvo que hacer un saltito cambiario, no una locura”.
Sobre si para cambios de política económica habrá que esperar mucho, Melconian insistió en su idea de un “cambio de régimen”.
“Creo firmemente en un cambio de régimen, que ocurren en oportunidades históricas, habitualmente cuando hay un cambio de gobierno. Este es un gobierno que en su faz política está viendo cómo se arma. Hizo un ajedrez para ganar que no sirve para la conducción. Se necesita una fecha emblemática, un cambio de raíz, un acuerdo. Esos cambios requieren fechas, que la gente vea …”. Además, azuzado por los entrevistadores, recordó que “siempre te podés ir a la mierda, pero no es inexorable. La híper es totalmente evitable, pero te tenés que poner las pilas”.
Respecto de la bimonetariedad, un tópico común entre el economista y la vicepresidenta, Melconian indicó: “Yo he dicho que la Argentina tiene que ir a un régimen bimonetario, pero no porque lo dice un iluminado, sino porque lo decidió la gente”. Y lo distinguió de la dolarización, que a su juicio no es una posibilidad práctica “si no tenés dólares, ni (el acompañamiento”de) el Tesoro (de Estados Unidos)”. E hizo el paralelo con lo que le había señalado en su momento a Macri de que “el tipo de cambio libre y flotante es un punto de llegada, no de partida”.
El economista insistió en que en el IERAL “pensamos en un capitalismo moderno, occidental, progresista, con un cambio de raíz, por arriba de la grieta, disruptivo pero con Banco Central, que lo hace la política”.
El 10 de diciembre de 2023, explicó, habrá un nuevo gobierno, “y uno no puede salir a ver con quién hacer algo”. Y criticó el funcionamiento del actual gobierno. “Nosotros bregamos por la recuperación de un Ministerio de Economía que evite que el ministro diga algo y un secretario diga otra cosa. O que se desdoble una secretaría para transformarse en un ministerio enfrentado al Banco Central. Si viene Mandrake, con un ministerio así también sería ingobernable”.
Melconian desestimó la crítica del diputado Fernando Iglesias, del PRO, por haberse reunido con la vicepresidenta. “Trabajo en un programa por el pueblo argentino. Me lastima que un pibe se quiera ir. Acá hay que armar una masa crítica. No lo digo por esta reunión”, aclaró.
Y agregó que le dijo a Cristina “que el fisco así no va más, que la emisión produce inflación, que los planes secuenciales no van más, así como le dije a Macri que el tipo de cambio libre y flotante es un punto de llegada, no de partida. Que la deuda en pesos y dólares las dos están mal. Que las importaciones no son paraguas de Taiwán, que la energía tiene un lugar clave, que hay que sacar el gas, el petróleo y los minerales. Que el salario es hijo de la productividad y que los políticos no se pueden cagar a trompadas entre ellos, porque si no pasa la ambulancia y levanta la gente caliente que no sirve para nada”.