¿Está reñido practicar deporte al aire libre con las bajas temperaturas? ¿Es mejor posponer nuestro entrenamiento para otro momento?
Una de las características del cuerpo humano es que está igual de preparado para entrenar tanto con altas como con bajas temperaturas, aunque hacerlo en ambos extremos siempre supone un riesgo para la salud.
Con menos grados el cuerpo debe generar calor para evitar que nuestra temperatura corporal descienda, lo que implica un mayor flujo de sangre hacia la piel y una mayor pérdida de energía.
Entonces, ¿cómo consigue elevar el cuerpo la temperatura? Si en nuestro hogar el responsable de mantener nuestra casa a una buena temperatura es el termostato, el equivalente en nuestro organismo es el hipotálamo, una región del encéfalo que se encarga de distintas funciones corporales entre ellas evaluar la temperatura de las neuronas y recibir esa información de todas áreas del cuerpo. Si el hipotálamo detecta que la temperatura es baja, activa los mecanismos adecuados para incrementarla, acción que se replica cuando realizamos deporte en áreas exteriores con frío:
El metabolismo se pone en marcha: por último, se estimula y aumenta la producción de diferentes hormonas en las glándulas tiroides, se eleva la hormona THR y TSH (esta última en la hipófisis) y como consecuencia el resto de células del organismo producen calor.
Si vamos a hacerlo al aire libre, sin duda las mejores horas son donde podemos contar con la compañía del sol, que hace más agradable cualquier actividad deportiva.
La ropa debe permitir a nuestro cuerpo poder transpirar, guantes, gorros y elementos nos cubran la cara del viento.
No nos olvidemos tanto en entrenamientos en espacios cerrados, como lugares abiertos. Un buen precalentamiento es fundamental para que nuestro cuerpo esté listo para la exigencia que vamos a darle.
Nuestro cuerpo reacciona así
1. Contracción muscular
El descenso de lo grados en el termómetro provoca que surjan contracciones musculares involuntarias que incrementan el tono muscular. Estas contracciones consumen energía que se transforma en calor.
2. Vasoconstricción
Por este mecanismo los vasos sanguíneos se estrechan (reducen su diámetro) y aumentan la resistencia al paso de la sangre que se dirige a la superficie corporal. Esto evita la pérdida de calor.
3. Piel de gallina
Es otro de los recursos que utiliza el cuerpo humano para mantener el calor: el pelo de la piel se levanta, la capa de aire se queda atrapada debajo del pelo e impide la pérdida de calor.