Aferrarse a la belleza exterior es aferrarse a un concepto pasajero, caduco y subjetivo. El cuerpo no estará siempre a nuestro gusto, ya que no depende de nosotros. Cuando conectamos con nuestra esencia interior comenzamos a llenar un vacío existencial. Ese llenado nos hace buscar la felicidad fuera de nosotros mismos, lo que se ve reflejado en una menor necesidad de aprobación externa.
Hoy continúo hablando sobre este tema a través de mis lecturas, les comparto información para vernos completas, tanto afuera como por dentro, creándonos como seres maravillosos que somos.
¿Te preocuparías tanto de tu apariencia en una isla desierta? Un lugar en el que nadie te ve, en el que nadie emite un juicio sobre tu aspecto, ¿realmente te arreglarías tanto? Esta cuestión nos hace pensar hasta qué punto creemos que nos arreglamos para nosotros mismos, cuando en realidad lo estamos haciendo para agradar y sentirnos aceptados y aprobados por los demás.
¿Qué es la belleza?
Un debate muy interesante que podría llevarnos horas y horas es el concepto de “belleza”. ¿Por qué algo nos parece bello? ¿Algo bello en España es considerado igualmente bello en Nueva Zelanda? ¿Algo bello en el siglo IV sigue siendo bello en el siglo XXI? Una cuestión interesante, sin duda, es profundizar sobre este concepto y ver si realmente algo bello hoy lo será dentro de unos años. Con esto podemos llegar a la conclusión de que la belleza tiene un componente social y es subjetiva.
Hace años llevar piercings y tatuajes no era precisamente sinónimo de atractivo o de belleza exterior. Sin embargo, hoy en día el concepto ha cambiado. Los cánones de belleza cambian con el tiempo y hemos de ser conscientes que lo que hoy se considera belleza, mañana puede no serlo. Esto es importante para no obsesionarnos con nuestra imagen ni aferrarnos a modas pasajeras, porque si no siempre seremos esclavos de ellas.
En un artículo muy interesante de David Konstan (2012) repasa el concepto de belleza, su relación con el mundo del arte y el término en sí de belleza según el idioma que utilicemos. Para no destripar el artículo, dejaré que el lector sea el que se sumerja en él y saque sus propias conclusiones.
El físico atrae, pero la personalidad enamora.