El ministro Martín Guzmán ya lo había mencionado en público días atrás. El funcionario afirmó que mayo marcará una disminución en el índice de precios respecto del pico de marzo y el 6% de abril.
Pero el dato que llegó al Palacio de Hacienda en las últimas horas no va en ese sentido.
Los informes elaborados por consultoras privadas dan cuenta de que el nivel de inflación de ninguna manera alcanza para hablar de enfriamiento de las expectativas tal y como expresa el oficialismo, o al menos una parte del mismo. Y es que las mediciones hablan de una mínima de cinco puntos porcentuales, un índice demasiado alto para hablar de desaceleración.
Una de las consultoras que adelantó su análisis fue LCG, fundada por el hoy legislador Martín Lousteau. El trabajo afirma que, durante la última semana de mayo, la suba fue del 0,8%. En el mismo escalón que la semana previa.
Si ese índice se confirma, entonces la inflación interanual ya superaría el 60%, la meta de mucha de las negociaciones salariales que se fueron cerrando en lo que va del año.
Otra medición, esta vez de la consultora Eco Go, habla de una inflación en los alimentos consumidos en el hogar del 5,5%. Así las cosas, el Índice de Precios al Consumidor de mayo se ubicaría en 5,3%.
Frente a este nuevo escenario que lo contradice, la respuesta vuelve a ser teórica y no práctica: se corre la meta y también el plazo. Ahora Economía afirma que un 60% de inflación anual es aceptable y, por tanto, es el nuevo objetivo. La meta inicial del 36% (enero y febrero) y la posterior del 48% (estipulada luego en el acuerdo con el FMI) se agotaron en tiempo récord. La desaceleración, en tanto, se espera para agosto.
Pero incluso proyectando las paritarias a un IPC del 60% se corre el riesgo de quedar a medio camino. Las proyecciones de precios para todo el año hablan de 75%.