El 27 de mayo se cumplieron seis meses del hallazgo sin vida de la joven obereña Analía Pamela Torres (22). Estaba en estado de descomposición y las primeras pruebas obradas en el expediente señalaban a su pareja como quien la había asesinado.
En base a testimonios se pudo saber que ella estaba inmersa en un contexto de violencia, pero no había ninguna prueba concreta para terminar de formalizar la acusación contra el joven de 20 años. Por el momento, por orden del juez recuperó la libertad pero continúa supeditado a la investigación y con restricciones.
El magistrado Pedro Benito Piriz, a cargo del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, aguardaba una pericia química al cuerpo para definir el dictado de la prisión preventiva al acusado.
Los últimos informes que recibió el juzgado señalaban que no se iban a poder realizar debido al estado de descomposición que presentaba el cuerpo al momento del hallazgo y los que sí aún podían llegar a realizarse iban a tener una demora muy importante por falta de equipamiento y materiales. En principio iba a hacerse en otra provincia pero tampoco se aseguraba que los reactivos específicos estuvieran disponibles.
En definitiva no se puede hasta el momento determinar la causa de muerte de Analía, señalaron las fuentes consultadas. El cadáver no tenía signos de violencia y se presumía que podía haber muerto asfixiada con una almohada, pero no hay nada hasta el momento que pueda sostener esta hipótesis.
Luego de analizar las pruebas obradas en el expediente, el juez Piriz dictó la libertad del joven sospechado, pero con firmes medidas de conducta y de reporte continuo ante la policía, de manera que pueda ser llevado ante el juez cuando así lo decida.
La investigación para esclarecer la causa de la muerte de Analía proseguirá de forma normal mientras se esperan las pericias faltantes.
El principal sospechoso de este crimen había sido detenido seis días después en Puerto Rosario, cerca de San Javier, luego que la policía acudiera a la denuncia de los vecinos de la joven. Hacía al menos dos días que no la venían y de dentro de la habitación de alquiler manaba un fuerte olor putrefacto. La hallaron arriba de la cama. El lugar estaba cerrado con candado desde afuera.
El 7 de diciembre el sospechoso fue llevado a indagatoria. En esa oportunidad se abstuvo y fue imputado por “femicidio”. Días después, con más pruebas disponibles en la causa, por consejo de su abogado defensor pidió ampliación de indagatoria. Negó haber estado dentro de la casa que ella hasta salió a despedirlo. Remarcó que en ese momento ya no eran pareja. Por estos dichos el juez había ordenado que se buscaran a testigos que pudieran haber observado esta situación.
La familia de Analía sostiene que fue él quien la mató. “Mi hermana quería rehacer su vida y él la acosaba todo el tiempo. Nosotros le dijimos muchas veces que lo deje y cuando notamos los golpes en su cuerpo le dijimos que lo denunciara, pero nunca lo hizo”, afirmó oportunamente Tamara Medina.