A un año de su creación, el Centro Modelo de Asistencia y Seguimiento de niños niñas y adolescentes en conflicto con la ley penal (CeMoAS), característico por ser el único en la provincia y en el país que trabaja con una modalidad de asistencia, contención y seguimiento interdisciplinar de menores de edad que cometieron algún delito, tuvo más de 200 ingresos de 193 niños y adolescentes (algunos reincidentes), de los cuales el 79% admitió atravesar consumo problemático.
El resto se divide entre quienes no contestaron y quienes dijeron no consumir, pero se estima que son respuestas influenciadas por la presión que implica la situación.
Es un número que, a pesar de ser alarmante, va en detrimento gracias al trabajo interdisciplinar del CeMoAS según lo expresó la directora General del Observatorio Provincial de Drogas, Liliana Pedrazzini, en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN.
Se trata de un establecimiento que recibe a chicos y adolescentes que delinquieron y les ofrece resguardo “hasta que se decida su situación: revincularse con su familia en entrega tutelar, o sean derivados a la unidad penal de menores”, explicó.
En su estadía en el establecimiento (que no dura más de 48 horas) los menores realizan actividades educativas recreativas, lúdicas y deportivas como talleres de música, cocina, peluquería, boxeo, teatro; y también reciben asistencia profesional donde siempre se prioriza “revincularlos primero a su ámbito familiar y después a la sociedad, porque la comunidad los suele ver como delincuentes y, en realidad, son niños que atravesaron una situación que los lleva a estar en esta situación actual, pero detrás hay una problemática familiar”, indicó Pedrazzini.
Todo se realiza resguardando la seguridad del menor que es acompañado por personal del servicio penitenciario que viste de civil “para que los jóvenes no se perciban tratados como niños no encarcelados”, señaló.
Un método que pareciera lograr su cometido ya que, según indicó un informe del CeMoAS, sólo el 13% fue trasladado a la Unidad Penal IV, el resto fue dado en entrega tutelar a su familia, dado en libertad o continúa en tratamiento contra las adicciones bajo seguimiento.
A su vez, la directora indicó que si bien el rango etario que ingresa con más frecuencia al centro es el de 15 a 17 años, tienen niños a partir de los nueve.
También, jóvenes de la comunidad mbya guaraní, generalmente de Puerto Leoni, Eldorado y San Ignacio; y también un gran porcentaje de personas del cual se desconoce la edad ya que la ocultan.
En cuanto al género con más prevalencia en los ingresos, es muy irregular la división: el 93% son varones y sólo un 7% se trata de mujeres.
A todo esto, “es importante resaltar que cuando iniciamos en 2021 teníamos un ingreso bastante elevado y al trabajar con ellos, para el 2022 los ingresos fueron bajando y creemos que tiene que ver con este trabajo que venimos haciendo con los jóvenes”, explicó Pedrazzini.
Continuidad del seguimiento
Es sabido que el consumo problemático no es una situación que se resuelve de la noche a la mañana, independientemente de la edad de la persona afectada.
Los jóvenes lejos de ser la excepción atraviesan recaídas, por eso desde el centro plantean un trabajo que no se quede sólo en la breve estadía.
“No es solamente un lugar de paso, el trabajo con ellos es desde que ingresan y el tiempo que necesiten hasta que puedan realmente egresar del centro”, explicó Pedrazzini.
Es por eso que una vez que los chicos pasan las 48 horas en el centro y salen, deben reportarse en el que denominan Punto Preventivo, ubicado junto al CeMoAS en el barrio San Gerardo, para que los profesionales evalúen cómo avanza su proceso de recuperación de adicciones y su reinserción a la familia y a la sociedad.
“Los casos que vemos generalmente se tratan de policonsumo, pero con mayor frecuencia de alcohol, marihuana y cocaína”, afirmó la Directora.
A su vez para iniciar el proceso de recuperación el centro cuenta con asistencia de otros organismos como el Ministerio de Control de Adicciones y el Ministerio de Gobierno, que a su vez pone a disposición establecimientos como el Centro Monoclínico Manantial.
Es así que, de los jóvenes que pasaron por el CeMoAS y que quedaron comprometidos a reportar su situación; 74 de ellos efectivamente pasaron por el punto preventivo San Gerardo y 39 de estos siguen asistiendo incluso con sus familias.
Ante esto, “el trabajo con la familia es fundamental porque ellos llegan al centro con conflictos para poder comunicarse, conflictos personales y las familias llegan a un punto que no pueden manejar la situación por eso se trabaja no solamente con los niños” sino con el grupo familiar, finalizó Pedrazzini.
Instalación y proyecto de expansión
De cara a este año cumplido, y dados los resultados positivos, el próximo proyecto del Centro Modelo de Asistencia y Seguimiento de niños, niñas y adolescentes en conflicto con la ley penal, es expandirse e instalar otra sede en Oberá para acaparar a la población del interior de la provincia.
Por el momento, la sede única ubicada en el barrio San Gerardo cuenta con capacidad para albergar 16 personas, en habitaciones separadas para hombres y mujeres; donde se recibe en su mayoría jóvenes de Posadas y alrededores, “por eso la necesidad de expandirnos”, explicó la Directora.
“Las actividades son muy amplias, pero lo que buscamos también es que se restituya el derecho de los menores porque en muchos casos los jóvenes, por ejemplo, no están asistiendo a la escuela y tienen conflictos familiares”, expresó.
Es así que, para brindar un servicio integral, cuentan con un taller de alfabetización, de apoyo escolar y también se aseguran que los niños y niñas ingresados cuenten con documentación sino se le gestiona el DNI.
Punto preventivo
El denominado punto preventivo San Gerardo se ubica alado del CeMoAS y está pensado para que, al terminar su estadía, los jóvenes se reporten cada tanto dando cuenta de cómo marcha su proceso de reinserción.
18%
Este porcentaje de niños y adolescentes no respondió a la pregunta sobre el consumo problemático pero se estima que los mismos estuvieron influenciados por el temor.
Reincidentes
Según el informe del CeMoAS sólo 14 de los 193 menores de edad que ingresaron al centro, volvieron a reingresar.