Casi de inmediato tras la difusión del índice de inflación de marzo por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), que fue del 6,7%, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso este miércoles la cuarta suba de tasas de interés del plazo fijo en lo que va del año. El ajuste fue del 250 puntos y, así, el rendimiento del plazo fijo a 30 días se fijó en un 46% anual para las imposiciones, lo que representa un rendimiento de 57,1% de tasa efectiva anual (TEA).
En tanto, para el resto de los depósitos a plazo fijo del sector privado la tasa mínima garantizada se establece en 44%, lo que representa una TEA de 54,1%.
Según informó la entidad, la suba es en respuesta al shock de commodities y aseguró que “las tasas de interés activas se mantienen en niveles compatibles con el impulso de la inversión y la producción, y el desarrollo del sector MiPyME”.
Asimismo, busca propiciar su transmisión plena al retorno de las colocaciones a plazo fijo en pesos y anticipó que seguirá regulando el acceso al crédito para el consumo de las familias.
“La suba era necesaria y el martes el Ministerio de Finanzas la había convalidado con mayores rendimientos en el tramo corto, ya que pagó tasas del 51,05% (equivalente a 65% efectivo anual) por los bonos a cinco meses”, explicó a iProfesional el economista y director de MyR Asociados, Fabio Rodríguez. Y aseguró que era esperable que el BCRA acompañara esa tendencia.
En la misma línea, Mateo Reschini, Senior Analyst de la consultora Inviu, señaló que, “con una inflación tan elevada, no había mucha más alternativa en este momento que subir un poco la tasa porque, si no, quedaría muy negativa en términos reales”, es decir, respecto de la inflación anual estimada, aun teniendo en cuenta que Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) parece indicar que en los próximos meses debería empezar a calmarse un poco el índice.
En general, los analistas económicos ven con buenos ojos la medida porque, tal como señala el economista jefe de Analytica, Claudio Caprarulo, “muestra que hay un objetivo del BCRA de ir hacia tasas de interés reales positivas”.
Sin embargo, también al igual que la mayoría de sus colegas, advierte que cada aumento de tasa de interés le implica al BCRA un mayor desembolso por la colocación de las Letras de Liquidez (Leliqs) que tienen en poder de los bancos.
Por su parte, Rodríguez advierte que “devaluando el peso a más del 4% mensual y, con esta inflación, los que tienen dólares para liquidar pueden sentarse arriba de ellos y esperar endeudándose en pesos para pagar gastos”.
En consecuencia, considera que es necesario eliminar esa brecha entre devaluación e inflación e incentivar la liquidación aprovechando estos precios internacionales, que son muy buenos, y ofrecer alternativas más rentables para los pesos.
Entonces, según menciona Caprarulo, “si bien la decisión está bien, con esta tendencia constante de suba de la inflación, se puede leer, aunque no es una norma explícita, que automáticamente el BCRA va a reaccionar con un ajuste de tasa ante el dato de precios más elevados en la economía”.
Así de cara al futuro, Glustein anticipa que el ritmo de ajuste de tasas del plazo fijo tiene que seguir siendo mes a mes, como se viene dando en el último tiempo, pero alerta que no debe dejar de monitorear el impacto que esta política vaya teniendo en la actividad para ir determinando cómo sigue aplicando los ajustes de tasas.
Fuente: Medios Digitales