Muchos autos tienen historia y apasionados por ellos, pero el amor que sienten los integrantes del Fiat 600, filial Puerto Rico, va más allá. No sólo se esmeran en mantener en buen estado estas joyitas, sino que participan de numerosas exposiciones, incentivando la camaradería y el permanente homenaje al “fitito”.
El Fiat 600 Club posee unidades muy llamativas, siendo el vehículo más antiguo de 1963 y el más nuevo de 1981. Este unido grupo participó recientemente del tercer encuentro del grupo de Autos Antiguos y Clásicos de Campo Viera y ya se están preparando para hacer unos 780 kilómetros hacia la vecina provincia de Corrientes, para participar del sexto encuentro litoraleño del Fiat 600 Club, Filial Goya.
El presidente de la filial, Alejandro Kuhn contó a PRIMERA EDICIÓN que “la iniciativa comenzó hace poco más de 6 años. Con 2 fititos. Actualmente posee unos 40 miembros, de los cuáles participan de manera activa -participando en los encuentros y otras actividades- entre 12 y 22 integrantes. La mayoría son personas mayores, aunque tenemos también jóvenes y de distintos municipios, no sólo de Puerto Rico”.
El Club se sustenta con el aporte mensual de sus integrantes, “que contribuyen con 300 o 500 pesos cada uno, de acuerdo a sus posibilidades. Este fondo común lo utilizamos para adquirir repuestos, en el caso que alguno lo precise o para participar de los encuentros, entre otras cuestiones”, detalló Alejandro.
Además, contó que el Club es más que un grupo, es un conjunto de personas apasionadas. “Es difícil de explicar lo que se siente por el Fiat 600. Fue el primer auto para muchas personas. Qué sentimos es una pregunta difícil de contestar, es complicado responder”, remarcó el presidente de la filial Puerto Rico.
Sobre el mantenimiento y los retoques especiales que tienen estos clásicos, Alejandro expuso que si bien hoy la tecnología permite agregarle cosas e incluso se puede mejorar mecánicamente, personalizarlo, “hay muchos que prefieren no hacerles retoques”.
Agregó que “el que tiene un Fitito sabe que la sensación que te brinda, es única. La mayoría tiene un segundo auto, pero el mimado es el Fiat 600, es cuidado, es de paseo, es un auto para andar a 80-100 kilómetros. Que hay que cuidar la temperatura y que no tiene aire”.
Entre las anécdotas que recuerda Alejandro, junto a su “Fitito” es la vez que fueron a pescar con un grupo de amigos. “Estando en el medio del río, el padre de mi amigo que bajó la lancha al río necesitaba el auto. Lo vino a buscar a la costa y se lo llevó, entonces cuando sacamos la lancha del agua, el Fitito -que tenía un enganche- la llevó y paseó por todo el centro de Puerto Rico. Es así, que un camionero me paró y me dijo, que ya se podía morir tranquilo porque lo último que podía haber visto era un Fitito estirando semejante lancha”, rememoró la hazaña.
Otro recuerdo de Alejandro, fue la anécdota de “Limón”, el Fiat 600 de Daniel Gallardo de Campo Grande, uno de los fundadores del Club. “Él -por Gallardo- cuando era joven se compró un fitito amarillo, que lo apodó Limón, pero para estudiar y recibirse lo tuvo que vender. Luego, de varios años, lo volvió a comprar. Volvió a su primer amor”, relató.