Según los registros aportados por la Estación Meteorológica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Cerro Azul, las precipitaciones durante la última jornada en Misiones ascienden a 148,6 milímetros. Asimismo, en lo que va de abril, se registra un acumulado de 267 milímetros, cuando el promedio habitual para este mes es de 189,1 milímetros.
Pero, ¿son estas lluvias suficientes para paliar la sequía y bajante extrema que afectó los caudales del río Paraná en el Litoral? Consultado al respecto, el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “todavía está claro que no estamos en la condición normal siguiera”.
“Estamos viviendo una situación contrastante, una cosa es lo meteorológico que hace a las lluvias que ya se dieron y a la perspectiva meteorológica de corto plazo que tenemos sobre Misiones, y otra cosa es la tendencia climática regional que tenemos de aquí al 30 de junio que sigue siendo de pobreza las lluvias en principio”, aclaró.
Indicó que “estos eventos que hemos tenido ahora son favorables, pero que son normales y que se esperan en un marco general de lluvias inferiores a las normales. Puede ser que sea así o puede ser que estas lluvias indiquen el comienzo del cambio del patrón de distribución espacio temporal de la lluvias, y que vayan indicando que realmente mejora”.
Recordó a su vez que “siempre hemos dicho desde que empezó la sequía y la bajante del río Paraná, que para que salgamos de esto se tenían que dar tres cosas concretamente”.
“En primer lugar que hubiera un cambio en el patrón climático regional que diera lugar a la lluvia, a eventos persistentes especialmente en la región de respuesta hidrológica rápida que es precisamente donde está lloviendo, y donde seguirá lloviendo en el corto plazo”, agregó. No obstante, Borús sostuvo que “esa primera pauta se ha dado y que la duda que queda es si es persistente o no”.
“También dijimos siempre que tenían que ser varios eventos, no uno aislado, y si se concreta la perspectiva prometida ya tenemos menos ya tenemos unos cuantos eventos sobre la misma región”, apreció.
Mientras que “la otra cosa que tenía que pasar es que en virtud de esa continuidad de las lluvias, el déficit hídrico tenía que ir mermando hasta alcanzar una situación normal, de humedad de suelos normal, a partir de la cual los siguientes eventos produjeran excedentes que realmente fueran significativos”.
En tanto que “la tercera etapa, a la cual todavía no hemos llegado de ninguna manera, es que los afluentes de los ríos más chicos primero, los medianos y finalmente los afluentes al río Paraná, terminarán acusando recibo de esas mejoras y empezarán a aumentar los excedentes, aumentar los caudales y finalmente así el caudal del Paraná mejorará significativamente. Esa tercera etapa todavía no se ha dado”, aclaró.
El ingeniero del INA en tanto advirtió que “la segunda etapa de mejora de la condición de suelos en la región tampoco se ha dado plenamente. Todavía está claro que no estamos en la condición normal siguiera, así que estamos en un punto intermedió”.
En este contexto, concluyó que “estamos mejor que el año pasado el sentido y con una visión para adelante que difícilmente nos lleve a un retorno a situaciones de bajante más pronunciadas, más marcada, con una perspectiva de corto a mediano plazo mala, eso se desecha en principio, estamos como estamos ahora o eventualmente mejor en los meses que vienen”.