Cuando Claudia me visitó en el consultorio, le gustó el nombre de Medicina Orthomolecular, me aclaró que venía para que le de cosas naturales y no un montón de pastillas, que buscaba alternativas a la medicina convencional, por eso quería probar con algo diferente.
Siempre les aclaro entonces a mis pacientes que soy médica recibida en Corrientes, que luego viajé a Entre Ríos y allí, en el Sanatorio Adventista del Plata (más conocido como Puigari) tuve la bendición de formarme como especialista en clínica Médica. Hoy les contaré más sobre vivir bien y en la próxima profundizamos en las infusiones, aunque les doy un adelanto.
Algo de lo que aprendí allí fue valorizar el estilo de vida saludable como la mejor medicina.
Me cautivó la prevención y lo diferente del lugar en cuanto a valorizar en primer lugar la paz mental, con la base de tener y practicar su fe (confiar en Dios), dedicarse a tener objetivos claros y practicarlos. Tener un día dedicado al descanso físico y mental respetando el sábado y cuidando el templo del Espíritu Santo que es nuestro cuerpo, libre de tóxicos como el alcohol o el tabaco, el exceso de azúcares, carnes u otros.
La actividad física y la temperancia en todo, ya sea alimentación, ocio o trabajo, buscado equilibrio, pero lo más importante era saber que al caminar por sus calles uno encontraba a cada paso gente que, con más de 80 años, se las veía radiantes, evidentemente el método funcionaba.
El sanatorio tenía las especialidades tradicionales con la internación común, pero al lado hay un centro de vida sana donde la gente se internaba a desintoxicarse del día a día.
Gente de todo el país y lugares aledaños asistían al centro donde intentaban inculcarle algo similar a lo que buscaba Claudia, algo más que la medicación tradicional. Aquí en Alem, ustedes recordarán, había un centro de vida sana más pequeño, allí ofrecían la mayoría de los beneficios de lo que significa conocer, vivir a pleno con bienestar.
Una de las terapias que se utilizaba en la desintoxicación estaba basada en la importancia del agua, hidroterapia en sus diferentes formas, pero la gran particularidad que acompañaba el día era la importancia de relajar el aparato digestivo en varios momentos, con infusiones variadas que buscaban dar esa caricia al músculo y ayudar a relajarlo con propiedades específicas a cada paciente.
Y ahí los tesitos que tanto mi mamá me daba para todo volvieron a tener prioridad para sugerir a mis pacientes.
Es así que trato que todos tengan alguna sugerencia acorde a lo que puedan consultarme como gastritis, artritis, hipertensión y otras dolencias.
Lo importante para tener en claro es que no todo lo natural sirve por igual y que deben tener su orientación, modo de preparación y cantidad adecuada.
Es tan importante recalcar esto que incluso hay gente especialista en fitoterapia como única manera de tratar dolencias, ya que las plantas contienen diferentes proporciones de medicamentos y pueden ocasionar problemas mal utilizadas.
Hay generalidades como por ejemplo tener en claro que las hierbas no se hierven, ni se dejan en la pava, termo ni nada donde se conserven, ya que siguen eliminando sustancias, preferentemente no mezclar más de dos.
Se calienta el agua y se coloca una cucharadita por taza aproximadamente, se deja reposa aproximadamente 10 minutos, se cuela y se toma o guarda ahí sí en un termo para poder degustarlo varias veces.
Cuando pienso en relajarme trato siempre de acompañarme de un té.