“A mí tampoco me cierra el relato oficial que indica que bajó en algún punto la pobreza y se festeja como si estuviéramos bárbaros. En la Argentina creo que nos vamos acostumbrando al relato de la política, el cual a veces no se condice con la realidad” … con verticalidad y claridad, el padre Alberto Barros pintó de pies a cabeza la sensación que más claramente se evidencia en los datos duros de la realidad.
La constante exhortación al optimismo no es otra cosa más que relato vacío de contenidos, una invitación a sumergirse en una realidad paralela carente de verdades.
La contundencia de lo que se observa a diario en todo el país contrasta fuertemente con los datos positivos que intenta contagiar el Gobierno argentino. A estas alturas, no reconocer el alcance de la crisis es hasta peligroso.
“Hay muchas familias que ya no comen adecuadamente en cantidad y en calidad. Hay muchos chicos con problemas de malnutrición, desnutrición y eso impacta luego en su desarrollo integral”, fue la dolorosa descripción del vicepresidente de Cáritas.