El lunes la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales (FCEQyN) inició el ciclo lectivo 2022 para los alumnos de todos los años, bajo el lema presencialidad plena. A raíz de eso, salieron a la luz publicaciones de estudiantes indignados en las redes sociales ya que en dicha institución se sigue manteniendo el distanciamiento en algunas aulas y, por ende, una gran parte de los alumnos queda afuera y no puede participar de las clases. Esto a su vez, se contradice con la disposición del Gobierno nacional de eliminar el distanciamiento en universidades, con la cual la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) se había manifestado de acuerdo.
“Hablemos de ridiculez: dentro de las aulas exigen distanciamiento y los demás quedan afuera intentando escuchar la clase amontonados en las puertas, eso también es negar el derecho a la educación. En dos años no pudieron gestionar la vuelta a la presencialidad”, enunció el posteo de Twitter de una alumna, junto a dos fotos descriptivas, que fue replicado por más de 60 usuarios.
Al ser consultado por PRIMERA EDICIÓN el miembro del Centro de Estudiantes y alumno de la carrera de Profesorado en Matemática y Física de la FCEQyN Rodrigo Cantero explicó: “No sé si es a propósito o improvisación, pero sí es falta de gestión y trabajo de parte de la facultad”.
En las aulas donde generalmente entraban aproximadamente 100 estudiantes, con el distanciamiento entra la mitad, mientras que el resto se queda afuera, expresó Cantero.
Es así que, ante los reiterados reclamos, desde el Centro de Estudiantes elevaron una nota a las autoridades de dicha institución pidiendo que preparen las aulas y reubiquen las sillas, pero aún no han tenido respuestas, “algo que llama la atención porque tuvieron dos años para organizar y pensar el regreso, ya que en algún momento íbamos a volver”, afirmó.
Por otro lado, “esta situación se dio no sólo con materias del primer año, donde normalmente ocurre sino también con cátedras más avanzadas, sobre todo en el edificio central”, ubicado en calle Félix de Azara al 1552.
De hecho,“una de nuestras docentes tuvo que separar el grupo en tres partes y dar tres horas de clase en vez de una, como estaba previsto, para solucionar momentáneamente el problema”, indicó.
“Nuestro planteo es que eliminen el cupo y entremos como entrábamos antes, aunque sea encimados porque no tiene sentido que continúe el distanciamiento en las aulas y que afuera estemos todos amontonados como sardinas tratando de entrar o viendo si escuchamos algo”, agregó.
Un problema constante
En cuanto a la falta de espacio para contener al alumnado, Cantero explicó que es algo que ya solía suceder. En ese sentido, una de las principales preocupaciones del Centro de Estudiantes es la deserción universitaria ya que muchos chicos del interior alquilan en Posadas exclusivamente para participar de las clases, “los alumnos que recién ingresan todavía son muy vulnerables a esas cuestiones y terminan dejando. El nivel de deserción es altísimo y en pandemia fue aumentando, tampoco tenemos números visibles, es una preocupación latente porque sin estudiantes no hay facultad”, cerró.