En lugar de hacerles dar vuelta a la manzana, como por ejemplo están obligadas a hacer a todas las empresas que quieren entrar a la Terminal de Ómnibus, la flota de colectivos del Grupo Z mantiene sus privilegios hasta en la mano única de Santa Catalina, puesta en marcha recientemente.
La decisión recibió cuestionamientos incluso de asesores del Consejo Provincial de Seguridad Vial que fueron desestimados por los funcionarios municipales.
Vale decir que desde que la circulación por Santa Catalina es de mano única, las unidades del transporte público cuyo recorrido se concentra en la transferencia, tienen permitido girar en el semáforo de la colectora de la avenida Quaranta e ingresar allí en sentido contrario al resto.
De hecho, si lo hiciera cualquier otro vehículo (auto, moto, colectivos de media o larga distancia), que pretenda ingresar de la misma forma a la terminal de ómnibus capitalina, estaría infringiendo las normativas y recibiría multas.
Al respecto, fuentes comunales confirmaron a PRIMERA EDICIÓN el permiso, avalado en que se busca hacer más “operativo” el servicio y “reducir el tiempo comercial del viaje”.
Inclusive, desde el edificio de Rivadavia y San Martín, se afirmó que existe un área vinculada a la ingeniería vial, donde se analizan todas las cuestiones de tráfico de calles y avenidas de Posadas: mano, contramano, recirculación.
En lo que respecta a la regulación en las calles de la ciudad, las mismas salen por decreto. Sobre las avenidas y arterias de mayor importancia de movilidad, se trabaja con ordenanzas del Concejo Deliberante.
En la norma que regula la mano única en Santa Catalina, no se menciona la excepción para la empresa, pero habría una “carpeta técnica” para permitirla.
Por esa razón, a entender los funcionarios del área, el órgano de contralor que ejecuta las medidas dentro de esos lugares es el Municipio. Por ende, tendría la autoridad para permitir la práctica a los chóferes de las empresas de transporte del mencionado Grupo Z.
Entre los argumentos a favor, por la excepción, se esgrimieron motivos de “seguridad vial y el tiempo de viaje y giro dentro de la estación”.
En teoría, el semáforo situado en una colectora a metros de la transferencia, que en realidad no está debidamente señalizado para indicar que sólo los colectivos pueden entrar por la avenida de mano única en contramano unos metros, podría confundir a cualquier turista que, por ejemplo, se encuentra de visita.
Se supone que los cinco tiempos que están semaforizados, de los cuales uno de ellos le corresponde el giro a la izquierda a los colectivos que entran a la transferencia, deberían ser suficiente para garantizar la seguridad vial porque los demás conductores deberían respetar esa señal.
De todas maneras, en vista del rechazo social que generó el permiso, donde la pregunta generalizada fue por qué el privilegio para los poderosos mientras al ciudadano común se le obliga a hacer otra cosa, la situación podría llevar a revisar lo permitido y modificar “sobre la marcha” el privilegio del Grupo Z.
Sobre las críticas desde el Consejo Provincial de Seguridad Vial, el Municipio insistió en que puede darle esa facultad al poderoso empresariado que tiene el monopolio de las transferencias en la ciudad capital.
“Cuanto más claras sean las reglas para la gente, mejor. No se puede dejar librado a la interpretación. Hay que ser claros: está prohibido o no lo está”. ¿Qué dice la ley? Que Santa Catalina es mano única y no se puede transitar en contramano.
“Estamos de acuerdo o no lo estamos y cuando pasan estas cosas podemos denunciar, o mirar para otro lado y que sigan las cosas como están”, reflexionó Luis Di Falco, asesor en el armado de planes para mejorar la seguridad vial provincial.
Denuncian cobro incorrecto
Otro asunto que fue causal de una catarata de críticas a las empresas del Grupo Z, por parte de los usuarios, fue percibir que al momento de abonar el pasaje con la tarjeta SUBE se marca un cobro incorrecto (de más y a favor de la empresa). Para colmo, más allá del reclamo, no se soluciona.
Desde la puesta en funcionamiento de la tarjeta SUBE para abonar el costo del boleto, se reportaron miles de situaciones irregulares, desde la acreditación de menos saldo del requerido a la absorción de un monto mayor al del boleto.
En las últimas semanas, tras la suba de las tarifas, por error humano, distracción, mal funcionamiento u otra razón, las máquinas en algunas unidades suelen descontar 40 pesos a los pasajeros que se mueven en el ámbito de la ciudad capital, cuando en realidad deberían descontarle 30 pesos del saldo.