Insólito episodio tuvo que atravesar un tarefero de 52 años al regresar a su vivienda del barrio San Miguel en esta localidad. Tras una semana de trabajo en yerbales, retornó y se encontró con un hombre dormido en su cama. Enseguida denunció a la comisaría del hallazgo porque el usurpador de su casa era un hombre con conocido prontuario delictivo en la zona.
Ocurrió el último viernes por la mañana pero trascendió ayer. El trabajador rural se topó con “Marcelito” de 41 años, oriundo de San Pedro pero con la mala fama a cuestas de múltiples antecedentes en delitos contra la propiedad.
La víctima apenas lo reconoció, fue a buscar ayuda policial, porque tampoco el intruso se despertó siquiera de sus gritos y reclamos ante la situación.
Una patrulla de la comisaría Primera de San Pedro, dependiente de la Unidad Regional XIV, acudió a la vivienda que alquila el damnificado.
Una vez en el sitio, y de acuerdo a fuentes consultadas, los policías fueron autorizados por el tarefero para ingresar a sacar al usurpador y este al verlos reaccionó con violencia e intentó evitar el arresto.
Primero corrió hacia la parte trasera de la casa y al verse cercado, comenzó a lanzar golpes de puños y patadas. El enfrentamiento duró pocos segundos y fue reducido y esposado, sin que se registren heridos de gravedad.
Tras la revisión del interior del inmueble, el denunciante notó que le faltaban algunos elementos como una cocina y varias bolsas con diez kilogramos de clavos e incluso, los resultados de estudios médicos.
La víctima amplió la denuncia por robo y el detenido fue puesto a disposición judicial por este delito más “atentado y resistencia a la autoridad y violación de domicilio”.
Las mismas fuentes en contacto con PRIMERA EDICIÓN señalaron que “Marcelito” ya tenía pedido de detención por dos causas de robo ocurridas en 2021 y que tramita el juez de Instrucción 1 de San Pedro, Ariel Belda Palomar.
El magistrado ordenó ayer el traslado del sospechoso a una dependencia policial para que luego de los trámites pertinentes, sea indagado.
