El Instituto Nacional del Agua (INA) publicó un informe sobre situación hidrológica de los ríos Paraná y Uruguay que en territorio argentino mantienen la persistencia de la bajante.
En este sentido, en el tramo paraguayo-argentino “se registraron precipitaciones superiores a los 60 mm, siendo en algunos casos superior a los 100 mm semanales”. “La semana próxima no se esperan lluvias significativas, aunque no se descarta la ocurrencia de tormentas aisladas”, señalaron.
En la confluencia Paraná-Iguazú, a su vez, “el caudal permanece en valores aún por debajo de los normales debido tanto al caudal que ingresa desde Itaipú como del Iguazú, ambos por debajo de lo normal respondiendo a la sequía regional”.
Mientras que “esta semana el caudal registró oscilaciones con leve tendencia descendente en el rango (7.700 m³/s – 6.200 m³/s). El miércoles a su vez osciló próximo a 6.600 m³/s de media diaria. El promedio de esta semana 6.900 m³/s (similar a la semana anterior), continúa siendo inferior al normal. Se espera que registre un caudal oscilante en 6.000 m3/s en los próximos días”.
Durante la última semana se registraron acumulados que superaron los 50 milímetros semanales sobre el tramo medio-inferior, producto del ingreso de un sistema frontal. La semana próxima se espera que se mantengan las condiciones con la probabilidad de que se generen acumulados superiores a los 80 milímetros sobre el tramo inferior.
En Corrientes-Barranqueras, el nivel registró un acotado ascenso en respuesta a las precipitaciones sobre la cuenca inmediata y a la erogación de los embalses ubicados aguas arriba. Aumentó 0,35 metros hasta el 28 de febrero. El día 2 de marzo se observó en disminución, mantiene una altura en torno a 0,75 metros y 0,84 metros respectivamente. Estos niveles resultan 2,25 metros por debajo del límite de aguas bajas.
El promedio semanal: 0,67 metros se encuentra 3,30 metros por debajo del promedio mensual de marzo de los últimos 25 años. Continuará permaneciendo en la franja de aguas bajas. Es probable que continúe en aumento, manteniendo valores en el rango [0.60 – 0.80 metros].
La futura evolución dependerá fuertemente de la evolución de las lluvias en la región, especialmente en la parte de la cuenca de aporte de respuesta más rápida (cuenca del río Iguazú, cuenca próxima al embalse de Itaipú y cuenca de aporte al tramo misionero-paraguayo). De no ocurrir estas lluvias, la tendencia sería descendente y persistente.
El río Uruguay, en tanto, permanece estable o en un repunte poco significativo en respuesta a las últimas precipitaciones. No obstante, aún permanece en aguas bajas. En San Javier el caudal semanal se mantuvo estable y próximo a 600 m³/s. A la vez, persiste el déficit hídrico sobre las áreas de aporte que componen la cuenca alta, si bien se observó una acotada recuperación. Luego, todavía se observa capacidad de amortiguación a posibles precipitaciones (leves a moderadas). Se prevé que permanezca estable en aguas bajas, con probabilidad de leve aumento del nivel a corto plazo.