Como todos los años, los alumnos que finalizan la secundaria se reúnen para festejar el “último primer día”. Estas reuniones pueden ocasionar problemas en estos adolescentes tras una noche de juegos, tragos e incluso consumo de sustancias. Según la tradición, muchos asisten a clases luego de las celebraciones y los directivos están preparados para lidiar con estos casos.
Desde el Ministerio de Prevención de Adicciones y Control de Drogas, su titular, Samuel López, contó en una entrevista en FM 89.3 Santa María de las Misiones que el UPD “es algo que ya está instalado como tradición”. Aclaró que “no nos parece mala la idea de juntarse y celebrar, es importante que los adolescentes lleguen a su último año de la secundaria, pero el problema es lo que ocurre en esas juntadas”.
Compartió que, en estas reuniones, “en la mayoría de los casos el alcohol es parte de estos encuentros y no debemos naturalizar el consumo. Cabe vez tenemos que tomar con mayor seriedad al alcohol por los daños que causa, más en adolescentes donde su organismo no está preparado, por algo se prohíbe la venta a menores de 18 años”.
Samuel López detalló que “en muchos casos, hubo personas que fueron a estos encuentros y compartieron que entre los juegos del UPD no sólo está el consumo de alcohol, sino de otras cuestiones, que incluso llegan a lo sexual”.
El ministro precisó además que “las estadísticas de las fiestas de fin de año marcaron que la mayoría de las intoxicaciones y accidentes estuvieron relacionados con el consumo de alcohol”.
Entre las recomendaciones, López opinó que “como comunidad debemos estar en alerta y como padres debemos acompañar a nuestros hijos, pero no ser facilitadores de ciertas prácticas”.
Para celebrar este cierre de etapa educativa alentó a los padres a “incentivar encuentros sanos” e incluso aseguró que “hay experiencias positivas de este tipo de encuentros, con fines solidarios”.
Con el último primer día “los padres deben estar atentos a lo que va a ocurrir y el estado en que llegan a las escuelas los alumnos. Esperemos no lamentar ningún tipo de hecho”, añadió. Asimismo, remarcó que “no queremos ser extremistas y pedir que no se realicen estos encuentros, sino redireccionarlos”.
En cuanto a las sanciones en las escuelas y castigos desde los padres, el ministro aseguró que “para estos tiempos ya no sirven, en algunos casos aún es importante, pero por sobre todas las cosas hay que hacer una toma de conciencia. Estamos ante adolescentes que terminan una etapa, superaron la secundaria donde hay una deserción y hay que prepararlos para el inicio de una nueva etapa, quizás con el inicio de una carrera terciaria o universitaria”.
Sobre las respuestas, reiteró que “desde nuestra parte advertimos para que los padres tomen consciencia” y para tratar a estos jóvenes adhirió que “no hay que estigmatizarlos, sino acompañarlos”.
Respecto a la prevención, contó que “el objetivo es acompañar y controlar a los adolescentes en esto, además de estar alerta ante cualquier situación”.