En homenaje a la memoria de los familiares de los fundadores de Colonia Oasis, el profesor Juan Alberto Portel, quien es hijo de pioneros y fundadores de aquel asentamiento que supo ser ejemplo de trabajo y crecimiento, hoy presenta su libro “Oasis y su historia”. Una obra que también hace referencia a la congregación de adventistas del Séptimo Día, quienes fueron protagonistas de aquella destacada labor de conformar una sociedad de trabajo, cooperación y fe, en un entorno selvático, pero que luego fue un gran polo de crecimiento agroindustrial de la región. A esto se agrega un capítulo referido a la salud, a través de la buena alimentación y recomendaciones para estilo de vida saludable tanto física como espiritual.
Se trata de un trabajo que encierra una serie de relatos, testimonios y documentos históricos, contados por los propios protagonistas y sus descendientes, quienes invitan al lector a viajar junto a aquellos visionarios aventureros adventistas, quienes, a principios de la década del 40, se adentraron en la espesura de la selva misionera en busca de un espacio donde desarrollarse como sociedad y, luego, atraer a distintos grupos de adventistas del Séptimo Día, provenientes tanto de Paraguay y Brasil como de Corrientes y Entre Ríos. Un proyecto que tuvo su origen en Posadas por parte de este grupo de adventistas quienes convocaron a otros interesados en conseguir tierras en algún lugar apartado de la provincia “sin contaminación”, que sea exclusivo para miembros de la Iglesia del Séptimo Día.
A su vez querían que este asentamiento tuviera un sector productivo que genere una fuente de trabajo para sus habitantes. Oasis tuvo una época de excelencia porque el comienzo fue excelente, es una película porque había mucha madera de ley, porque llegó a tener una fábrica de laminadoras que es el proceso que hacen de la madera y con un sistema hacen las láminas terciadas. Oasis tenía luz eléctrica en el pueblo, tenía correo, tenía negocios, tenía línea de colectivos. Por supuesto, fue creciendo y se lanza el plan de hacer la Cooperativa Agrícola-Industrial Oasis Limitada en los 70 y 80 porque ahí envasaban ananá, mamón, palmito, que traían de otros lugares. Envasaban pepinitos, choclos, mandiocas, es decir, tenían un proyecto de envasar 33 productos de la región.
Proyecto de la comunidad adventista
Por entonces, los integrantes de esta flamante sociedad: Isaac Da Silva, Enrique Drachenberg, Lucas Schulz, Ramón Flores, Gerónimo Osorio, Arturo Otto, Pedro Schorp, Eduardo Hein, Juan Enríquez, Juan Massena, y el pastor José Humberto Cairus, entre otros, decidieron emprender diversos viajes por los distintos caminos que se iban abriendo paso por la provincia y sobre todo por el río Paraná, con el propósito de comprar tierras para esta colonia adventista. Cabe recordar que desde el año 1900 en Misiones ya se llevaba a cabo la fundación de distintas colonias, sobre todo en la zona del Alto Paraná. Aunque muchos de los caminos en aquella época eran casi intransitables y la principal vía de comunicación era por el río Paraná.
Este era transitado por distintas embarcaciones que unían Buenos Aires con la tierra colorada entre las que se puede señalar al barco de pasajeros “Guayrá”, de la Compañía de Navegación Mihanovich, “El Iberá” o “El Iguazú”, entre tantos otros que unían los puertos de Posadas, Santa Ana, Iguazú (ex- Puerto Aguirre) y otros, donde se transportaban diariamente un gran números de pasajeros, madera nativa, yerba mate y el intercambio de otros productos de la zona.
Fue así que entre 1938 y 1943, este grupo de adventistas buscaba ese punto exacto de lo que sería la actual Colonia Oasis. En una de esas excursiones realizadas por el río Paraná, llegaron hasta un atracadero (actual Puerto Oasis) e ingresaron hacia la espesura del monte más o menos un kilómetro tierra adentro, llegando hasta un arroyo de aguas cristalinas, donde de repente se pusieron a contemplar el trinar de los pájaros, la exuberante vegetación de los árboles con sus lianas y flores. Allí también se acercaron hasta un torrentoso arroyo de aguas cristalinas que sirvió para saciar la sed del grupo.
En esta oportunidad estos aventureros dijeron: “esto es una delicia” y comenzaron a ver con asombro aquel entorno natural que sintieron como una bendición de Dios. En ese momento los creyentes expresaron: “esto es un oasis”. Fue así que aquel lugar distante en plena selva llevaría el nombre de Colonia Oasis, mientras aquel torrente de fresca agua se bautizaría como arroyo Delicia.
El lugar perfecto
Siguiendo con aquella visita a aquel lugar paradisíaco, estos feligreses continuaron adentrándose aún más en la espesura del monte, sorteando las altas temperaturas y distintos tipos de animales e insectos, que no llegaron a doblegar el espíritu de la misión ya que sabían que habían encontrado el lugar perfecto para llevar adelante este ambicioso plan. Después de recorrer otros mil metros llegan hasta el pie de un gran árbol de lapacho que, según algunos testimonios recogidos de la época, rondaría los 300 años. Allí fue que posteriormente se demarcaría lo que sería el nuevo asentamiento. Entonces el 10 de octubre de 1943, en aquel lugar se convocó a las familias de residentes que ya estaban en la zona, pioneros y colonizadores para determinar esa fecha como la fundación de Colonia Oasis.
Cabe agregar que tres años antes de la fundación oficial del pueblo, en noviembre de 1941, se fundó la Cooperativa Agrícola e Industrial Oasis Limitada que, décadas después, en su época de esplendor, envasaba distintos productos de la región que iban desde pepinitos, choclos, frutilla, guayaba, ananá, mamón, palmito, mandioca, entre otros. Además, llegó a tener una fábrica laminadora de madera terciada y otra de palos de escoba, donde era utilizada la abundante madera que contaba la zona. Además, el pueblo contaba con una red eléctrica, línea de colectivo, correo, comercios, escuela primaria e iglesia.
Homenaje a los pioneros
En una charla con Ko’ape, el profesor Juan Alberto Portel, comentó que su libro es un compendio de datos, con testimonios de familiares y descendientes de los fundadores, de los pioneros de la zona y de sus actuales habitantes, pero, sobre todo, de documentos rescatados de aquellos protagonistas quienes cumplieron el sueño de haber encontrado la “tierra prometida”. “Estos documentos fidedignos son de archivos oficiales donde recibí una cantidad de datos sumamente importantes, que hago figurar en el libro”, señaló Portel.
En esta obra histórica su autor también agrega un punto que resalta el papel principal que tuvieron los adventistas en la fundación de Colonia Oasis. En tanto otro agregado del subtítulo del libro es: Salud, Alimentación y Creencias, donde se desprende un punto importante sobre la longevidad, donde el autor recabó informes provenientes de distintas partes del mundo que hablan que los que tienen larga vida, tiene relación “que es a lo que Colonia Oasis con su gente pretendía; hacer una alimentación sana, no exclusivamente vegetariana porque siempre hay que velar por la salud porque tienen que estar presentes las proteínas y vitaminas. Todo está en este libro”.
La historia del autor
Portel, quien nació en la localidad de Corpus, contó que aun siendo muy pequeño sus padres decidieron trasladarse a pie hasta Colonia Oasis, no por la actual ruta nacional 12 que se encontraba en construcción, sino que bordearon el río Paraná. “Nunca me voy a olvidar del arroyo Ñacanguazú, por la desembocadura de ese afluente pasaba el camino de acceso a la zona del Alto Paraná donde tuvimos que pasar en una balsa. El que nos hizo pasar tenía una soga a un costado de la balsa que creo que era de tambores y sencillamente fuerza humana para hacer pasar este arroyo con gente, carros y caballo, así que hay una historia muy rica”, detalló el escritor.
A su vez, indicó que “no está en mí la finalidad del lucro… y es por eso que puse también tres libros anteriores que son relacionados a plantas curativas, los alimentos y también hay referencias bíblicas, no solamente por lo que hoy se está poniendo en práctica sino porque hace más de cinco mil años ya los chinos practicaban. Por eso les digo a las personas que van allá que creen que soy curandero, pero yo no curo a nadie solamente estudié muchos años… Cinco mil años antes de Jesucristo los chinos ya utilizaban la salvia para todo, era como una panacea. Entonces ellos llamaban a esa plantita que todos conocemos ‘Salva’”, relató.
Actualmente, Portel reside en la capital provincial junto a su familia y “cada dos semanas estoy en Colonia Oasis donde, a veces, me quedo uno o dos meses. Durante la pandemia me quedé seis meses solito en el monte por razones lógicas, porque para el traslado había que tener ciertos requisitos, pero allí tengo algunos cultivos para mi sustento. Porque me preguntan y ‘qué hacés en el monte donde no tenés un kiosco, no tenés nada’ yo les decía: ‘como pasto y raíces’, claro porque tengo algunas mandiocas, achicorias, bananas, mamón, ananá, no es una chacra grande sino un lugarcito que tengo para el sustento de mi familia, porque de ahí también traigo productos junto a mis hijos. Además tengo más de cinco circuitos ecológicos en el monte que estoy invitando a todo el mundo que quiera ir a disfrutar del aire puro y gratis, que se acerquen hasta la ‘Milagrosa Canaán’ que es como se llama mi chacra, aunque yo lo llamo reserva ecológica porque no permito que nadie mate un animal que camine o que vuele… También agradezco a la Policía y a los efectivos de Prefectura, cuyo destacamento está a 500 metros de mi rancho. Y lo digo también en el libro: ‘primero estoy protegido por Dios y después por la gente de seguridad’”, finalizó.
Sobre el autor
Alberto Portel nació en Corpus y luego vivió en Oasis y Jardín América. Realizó sus estudios primarios en la escuela primaria Domingo Faustino Sarmiento (Oasis). Sus estudios secundarios los hizo en el Instituto Juan Bautista Alberdi de Leandro N. Alem, donde se recibió de Maestro Normal Nacional. Luego promovió la fe en Dios y la salud integral por medio de las publicaciones adventistas. Trabajó como director y maestro de grado en la “Escuela Navidad” de El Alcázar, donde también convivió con los aborígenes en la reducción “Perutí” investigando y tomando nota de los valores y efectos terapéuticos de las plantas medicinales de la región.
Luego siguió enseñando y realizando distintas actividades entre la actividad privada y la enseñanza pública. También es autor de los libros “Plantas-Alimentos y tratamientos que curan enfermedades de la A a Z” (2017), “Plantas Curativas y otros Alimentos para una Vida Sana” (2020), Salud y Vigor para Vivir Más y Mejor” (2021) y Oasis y su historia (2021). Para informes comunicarse al correo: [email protected] o comunicarse al teléfono 3764-820009.