ARROYO. Casi seco y estancado que abastecía de agua la aldea Kokué Poty.
Ante la sequía que azota la región, comunidades guaraníes se ven gravemente afectadas ya que sus arroyos están casi secos; y sólo las aldeas más cercanas a la zona urbana reciben agua potable o cuentan con perforaciones. Este es el caso de la aldea Kokué Poty en el municipio de Montecarlo que, hace aproximadamente tres meses, no recibe agua potable ni asistencia.
“Primero venían cada mes pero hace un tiempo no llega más nada de nada y no sabemos cómo contactarnos con la Municipalidad, para acceder a lo que necesitamos”, afirmó a PRIMERA EDICIÓN el cacique Andrés de esa aldea.
La problemática se agudiza teniendo en cuenta que, en Misiones existen más de cien comunidades guaraníes, algunas más alejadas que otras, es decir, con menos acceso a asistencia debido a su lejanía y frondoso acceso.
Esto le sucede a la comunidad del Alto del Valle de Cuña Pirú, en Aristóbulo del Valle que, hace diez meses se instaló unos kilómetros monte adentro para poder reactivar sus plantaciones y cultivos, y al solicitar asistencia de agua y electricidad, aún no recibieron respuesta. Su cacique, Eliseo Chamorro, afirmó a este medio, “somos nueve familias que nos abastecemos de un arroyito para bañarnos, higienizarnos y lavar ropa”.
Por otro lado, el agua que brindan algunos municipios a ciertas comunidades, mediante tanques, están indicadas solamente para beber, por lo que ellos siguen dependiendo de las fuentes de agua naturales para higienizarse.
Un pedido urgente
Ante la desesperación, las aldeas que no acceden al líquido vital, deben acudir a las vertientes casi secas para paliar sus necesidades, “se siente el mal olor, pero no nos queda otra, no podemos caminar un kilómetro para buscar agua. Mandamos una nota ya el año pasado para pedir una perforación y electricidad y no tuvimos respuesta”, afirmó Chamorro.
Esto se agrava atendiendo que, debido a las altas temperaturas y los golpes de calor “los chicos de la comunidad están prácticamente todo el día metidos en el agua del arroyo, que está bajísimo por la falta de lluvias”, enfatizó.
A este reclamo se le suma el del cacique Romildo de la aldea Guaviramí que manifestó que necesitan “lo antes posible agua potable, nuestro arroyito está seco por todos lados”.
Asimismo, las lluvias que se registraron en algunas zonas de la provincia, aunque fueron escasas, trajeron tranquilidad a las aldeas guaraníes, porque el calor fue aplacado y debido a que muchas familias encontraron la forma de juntar agua de lluvia en baldes y bidones para subsistir temporariamente.
A pesar de que esta problemática se vio intensificada por la falta de precipitaciones, la mayoría de los caciques consultados coincidió en que el drama viene “desde siempre”. Así lo afirmó el cacique Mario Borjas de la comunidad Mburuvichá de Tekoa Ka´a Kupe, “el agua en las comunidades es un problema que viene desde siempre, una situación que nunca cambió al igual que otras”.
La voz de las autoridades
Al ser consultado, el responsable de Salud Indígena del Ministerio de Salud Pública, Adrián Saldías afirmó “estamos haciendo recomendaciones mediante los agentes sanitarios que, los que tienen perforaciones, optimicen el uso para el consumo y que cuiden al máximo este recurso. Para las ropas y otros tipos de higiene se use el curso de agua más cercano”.
Según detalló, al menos diez comunidades, de las más de cien, se quedaron sin acceso al agua porque se les secaron las perforaciones y vertientes como consecuencia de la prolongada sequía.
Afortunadamente, por el momento no se registraron casos agudos de gastroenterocolitis en personas de las aldeas; algo muy frecuente cuando se consume agua estancada; y en muchos casos se tuvo que parar con las visitas médicas porque “se ven afectados por las licencias y vacaciones”, afirmó Saldías. En cuanto al aumento de temperaturas y los frecuentes golpes de calor registrados semanas pasadas, afirmó que “los agentes sanitarios están recomendando que se hidraten”.
Por otra parte, la ministra de Derechos Humanos, Karina Aguirre, explicó que “la cuestión climática ha sido determinante este verano, se está trabajando en algunas perforaciones, el trabajo es poder llevar agua a las aldeas que están bien constituidas”.
También admitió que no es fácil llevar agua a las comunidades “es una cuestión económica que nosotros tenemos que ver quién financia, los arroyos se han secado entonces hoy las perforaciones tienen que ir cada vez más profundo porque no hay agua, lo que es mucho más costoso”. Sin embargo, a pesar de eso, confesó que “por suerte llovió y estamos tranquilos con eso”.
Incendios cada vez más cerca
Otra de las problemáticas que, junto a la sequía y el nulo acceso al agua potable, golpean a las comunidades son los focos de incendios que ya llevan consumidas miles de hectáreas de bosque nativo.
Una de las afectadas en los últimos días fue la comunidad de Monte Quemado en Garuhapé, en la cual, si bien “los bomberos del área nueve de Puerto Rico asistieron rápidamente, los agentes sanitarios acercaron agua, frutas, y ropa; y no se tuvo que lamentar ninguna víctima”, sí se quemaron dos viviendas de la comunidad según Saldías.