Luego de más de dos años de gestión, finalmente el Gobierno de Alberto Fernández logró alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para un programa de facilidades extendidas,que incluye desembolsos por u$s44.500 en línea con el tamaño del préstamo Stand-By que fue otorgado al Gobierno de Mauricio Macri en 2018.
Desde el Gobierno se mostraron confiados en que las nuevas condiciones y esquemas del desembolso lo hacen “cumplible”, a diferencia del préstamo anterior.
“Por eso se negoció tanto. Tenés que estar convencido de que vas a poder cumplir; no podés entrar a un programa con dudas o como si fuese un experimento sociológico”, explicaban a Infobae este viernes desde el Ministerio de Economía.
Y destacaban que a diferencia de 2018 “ahora no habrá un sendero fiscal de ajuste, contracción monetaria récord, que se entendió que la inflación no es solamente un fenómeno monetario y que no habrá reformas impositivas regresivas”.
Los desembolsos y plazos de repago
El nuevo programa arrancará desde el momento que lo defina el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional. Hasta ahora hay un “corazón” de memorándum que incluye acuerdo en políticas clave (lo que se llama staff-level agreement) y se espera el acuerdo final, con los detalles finos del cronograma de desembolsos.
Pero lo que se espera es que los desembolsos coincidan con las fechas de los vencimiento y que puedan tener algún excedente de acuerdo a las necesidades de fortalecer las reservas, una discusión técnica aún pendiente.
Los vencimientos de capital del nuevo programa se darán en el período comprendido entre los cuatro años y medio y los 10 años del primer desembolso del Fondo Monetario, un cronograma mucho más cómodo que el que se tenía hasta ahora.
“El hecho de que no haya ajustes de jubilaciones, reforma laboral, súper contracción fiscal y monetaria, incomprensión del fenómeno de la inflación en la Argentina o de la desigualdad social, te deja en claro que vamos a tener un sendero mucho más cumplible. Es poco probable que sea inabordable”, se esperanzaban en el ministerio de Economía.
“En ningún año va a haber obligaciones por casi u$s20.000 millones durante dos años seguidos como ocurría ahora. Esperamos que para entonces la Argentina tenga posibilidades financieras de acceso y de expansión final que evite tener que buscar otro programa”, confiaron.
El clima en el equipo económico era de alivio, aunque saben que tendrán que convivir los próximos años con el Fondo Monetario.
Hoy, el grueso de las dificultades externas de la Argentina pasa por la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Por eso, en el Gobierno esperan que una vez que eso quede despejado, el escenario del país debería permitirle cumplir con los nuevos repagos, ya más extendidos en el tiempo.
Brecha cambiaria
Para el equipo económico, el problema de la brecha cambiaria tiene que ver con muchas variables (política monetaria, tasas). Aunque el dólar informal bajó $10, lo toman sólo como una señal y aseguran que el difícil trabajo será el fortalecimiento del peso como moneda de reserva de valor y las colocaciones incrementales en el mercado de capital local. Con todo, reiteran que no hay ninguna perspectiva de un salto devaluatorio.
“El Fondo no cree que la Argentina tenga el tipo de cambio retrasado. A nivel de la política comercial nos permite acumular superavit comercial..Hay problemas técnicos y hasta sociológicos que genera el tema de la brecha incluyendo los que quedaron atrapados en el ‘carry trade’ (“bicicleta financiera”) y que están desesperados por salir. Grandes fondos de afuera.
Estamos trabajando en analizar alternativas. Eso forma parte del memorándum técnico”, dijeron desde Economía.“Cuando el Gobierno anterior decide defaultear en pesos y seguir manteniendo el servicio en dólares generó un daño que no tiene dimensión. Nadie defaultea la deuda en su propia moneda emitida en su Gobierno”.
“Afecta la capacidad de ahorrar en tu propia moneda y movilizar recursos hacia donde se necesita. Ese trabajo es muy importante para ir generando vías de financiamiento que te saquen de la dependencia del financiamiento externo y te permitan edificar un mercado de ahorristas”, aseguraron.
Subsidios
La baja de los subsidios a los servicios públicos -como electricidad y gas- fue un tema clave en las negociaciones. Aunque aún no se dieron a conocer los detalles de cómo se avanzará en la reducción, desde el Gobierno adelantan que el mecanismo será a través de la segmentación de tarifas, en la que aún se está trabajando.
“Lo vemos desde el problema de la progresividad. De lo que implica subsidiar a los que no lo necesitan”, señaló Economía.