Ante la intensa sequía que azota la región y el estado de emergencia hídrica de muchas localidades misioneras, aldeas mbya guaraní advierten que los arroyos que abastecían a sus familias se secaron y que desde los municipios tampoco reciben agua. Así lo confirmó a PRIMERA EDICIÓN el miembro activista de la organización Bici Solidaria, Juan Ignacio Reyes, quien tiene contacto permanente con los caciques de las comunidades.
Las aldeas Arroyo Isla, Kokué Poty y Guaviramí ubicadas alrededor de la ruta 15, con más de 150 personas en total, hace más de un mes no tienen manera de abastecerse de agua. Problemática que se torna intolerable por la ola de calor que atraviesa el país y la región.
Lo más preocupante es que esta situación de sequía y privación del agua está poniendo en peligro extremo a ésta y a las más de 118 comunidades guaraníes que habitan Misiones.
“Fuimos en navidad a visitar a esta aldea para llevarles donaciones y nos encontramos con que desde ese mes ya no les llevaban agua y los arroyos cercanos se secaron completamente”, afirmó Reyes.
A esta situación desesperante se suma que “el hilo de agua” en el cual se convirtió el arroyo interno que antes los abastecía, tiene sólo agua estancada por lo que muchos niños, ante la necesidad de líquido, la consumen y se enferman. Así lo afirmó Bernardino, el cacique de Arroyo Isla.
“Cada vez es peor la situación de ellos porque el arroyo se tornó un camino de piedras seco y se trata de comunidades que están completamente aisladas”, explicó el ciclista.
Realidad que también afecta a muchas aldeas guaraníes a las cuales sólo se accede haciendo kilómetros monte adentro y para las que, comunicar sus necesidades, se torna toda una travesía ya que no tienen a señal telefónica y menos Internet.
Reyes explicó que para poder hablar con ellos y mantenerse al tanto de la situación vía Whatsapp, “el cacique tiene que salir del monte y acercarse a la ruta en ciertos horarios específicos”.
Un pedido de auxilio
Antes de diciembre, el municipio de Montecarlo llevaba tanques de agua a la comunidad, pero se trataba de tanques de 500 litros que, por la cantidad de personas, no duraban más de dos días.
Ante la insistencia del cacique, desde la Municipalidad se comprometieron a reanudar la asistencia de agua, pero aún esto no ocurre.
Bernardino explicó que, ante la desesperación, se comunicaron con un aserradero del lugar que los abasteció durante una semana. Sin embargo, llevaban los tanques hasta una cancha cercana donde quedaban expuestos al sol y terminaban por consumir agua caliente.
Por el momento, para remontar la situación extrema, los miembros de las aldeas se mantienen buscando agua de la localidad cercana de Fracrán.
Bici Solidaria, por su parte, en varias oportunidades intentó comunicarse con las autoridades, “yo hablé con la directora y me había dicho que estaban enterados del trabajo que hacemos y que tenían intenciones de ir a conocer la zona”, afirmó Reyes en referencia a la directora de Asuntos Guaraníes, Norma Silvero, pero esto quedó sólo en un cruce de palabras.
“En diciembre yo le había pedido colaboración para llevar ayuda en navidad y como nunca me contestaron seguimos por nuestra cuenta a pulmón y por amor a los chicos”.
La aldea Yatai Mirí también en peligro
A los pedidos de auxilio de las aldeas mbya también se suma la aldea Yatai Mirí que reclama de forma desesperada el abastecimiento de agua por parte de San Ignacio.
En medio de la ola de calor y la sequía la situación también se volvió dramática para las 14 familias y las decenas de niños y niñas que se encuentran en riesgo.
Dicho territorio ya había sido relevado en el 2014 en el marco de la Ley 26.160 de Emergencia Territorial. Los reclamos por el acceso al agua y a servicios básicos sin embargo llevan años: la última nota que se presentó formalmente al municipio es de noviembre del 2021 solicitando ese derecho “ya sea con la conexión respectiva, un tanque de agua y/o perforaciones de ser posibles”. Hasta ahora no hubo respuestas.
Las condiciones climáticas que afecta toda la región vuelve insostenible la situación por la que atraviesan.
“Necesitamos agua urgente” repiten desde la comunidad. La poca agua a la que tenían acceso se fue terminando o está contaminada, afectada por un basural que el propio municipio ubicó en la zona.