Tenía 88 años y siempre se lo recordará como un hombre sencillo, sabio, de una grandeza admirable, con el don en sus manos de poder pintar a Misiones y maravillar con sus paisajes.
Sus restos fueron velados en el Museo Lucas Braulio Areco y luego inhumados en el cementerio Tierra de Paz.
Kowalski nació en la ciudad polaca de Torun, el 20 de octubre de 1923. Junto a su familia sufrió los horrores de la segunda Guerra Mundial y de la post guerra. Después estuvo en Alemania, donde estudió en la Escuela de Arte de Mannheim.
En 1949 emigró a Argentina y se radicó en Misiones. Fue amor a primera vista el de don Zygmunt con la tierra colorada y desde los años 60 fue la espesura de la selva, los ríos, los lapachos, los ranchitos, los chivatos, la gente de la ribera y del interior quienes inspiraron al genial artista.
Impresionista y naturalista, Kowalski fue plasmando en sus obras la vida de ese Posadas del ayer y de una provincia llena de naturaleza. Además de ser el gran pintor de Misiones, por reflejar los paisajes y el folklore de la provincia y por amar tanto a esta tierra, don Zygmunt pintó paisajes de muchos lugares del mundo (Brasil, Polinesia; provincias argentinas).
En octubre de 2011 realizó su última muestra, “Misiones, paraíso de luz”, en el Museo Areco.