Operación bikini, empiezo en octubre, objetivo del nuevo año… Hay excusas diversas para anotarse al gimnasio. ¿Pero tu objetivo es solo por verte (y para que te vean) mejor? Si solo te motiva esto, fracasarás en el intento.
A continuación, te comento algunos de los errores mas frecuentes que pueden sabotear tu plan en el gimnasio:
Marcarse como objetivo perder una serie de kilos en concreto: llegar a ese reto no significa dejar la preparación física. Puede que perder peso sea un objetivo medicamente necesario en algunos casos, por salud. Y la actividad física como hábito no solo lograrará ese objetivo, logrará que las dinámicas que han llevado a alguien a acumular kilos de más, cambien y con ello no se recupere el peso perdido.
Tener un objetivo físico (hacer una maratón o triatlón, por ejemplo) y una vez logrado pensar que el deporte “ya no hace falta”.
Pretender unicamente mejorar el cuerpo físicamente, por apariencia.
No reconocer los límites de cada uno y no adaptar la actividad no solo a la forma física, sino al tiempo y horarios o a otras condiciones particulares de cada uno.
LA RELACIÓN ENTRE DEPORTE Y SALUD
El sedentarismo es el mal de nuestros días. Y una vida inactiva es la causa de la mayoría de enfermedades que se multiplican en la sociedad actual. La obesidad, la consecuencia más directa de no hacer actividad física, provoca enfermedades cardiovasculares y predispone a sufrir diabetes, hipertensión o diferentes tipos de cáncer, entre otras patologías.
La buena salud mental también depende en gran parte de llevar una vida activa: muchos estudios científicos han podido demostrar la relación directa entre una vida activa físicamente y una buena salud emocional.
No hace falta “matarse en el gimnasio”: las opciones son infinitas. Desde anotarse a las múltiples ofertas de clases dirigidas en un gimnasio o practicar natación, deportes de equipo, deportes al aire libre o simplemente salir a caminar de forma habitual puede ser de lo más eficaz, a la vez que gratificante en todos los sentidos.