El Arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, anunció este martes el inicio del proceso de canonización del Padre Mario Pantaleo.
Tras cumplirse 29 años de la muerte del sacerdote, Poli anunció la apertura de la etapa diocesana en la Causa de Canonización del Siervo de Dios Presbítero José Mario Pantaleo, nacido en Pistoia (Italia) el 1 de agosto de 1915 y fallecido en la Ciudad de Buenos Aires el 19 de agosto de 1992, y conocido por todos como el Padre Mario.
Según un comunicado difundido por la Obra del Padre Mario, una organización que sigue con las acciones sociales del sacerdote, indicó que el decreto promulgado por el Cardenal Poli nombra al Tribunal que se encargará de las actuaciones y da comienzo formal a la causa de canonización.
Desde ese momento el Padre Mario es llamado Siervo de Dios, y el objetivo de esta etapa de la causa es establecer si vivió las virtudes cristianas en grado heroico y su fama de santidad.
En septiembre de 2020, la Congregación para las Causas de los Santos, con sede en el Vaticano, declaró el Níhil Óbstat, es decir que no encuentra obstáculos para dar apertura a la Causa de Canonización del Siervo de Dios.
La postulación fue realizada por el Padre Daniel Medina en representación de la Asociación Privada de Fieles Pbro. José Mario Pantaleo, formada para tal fin.
Con el apoyo y asistencia de la Obra del Padre Mario, la Asociación de Fieles ha realizado durante varios años la investigación previa, recopilando más de 10 volúmenes de documentos y testimonios que ponen en evidencia su fama de santidad y demuestran que ha llevado una vida ejemplar, dedicada a Dios y de ayuda a la comunidad.
Con el proceso en marcha, el siguiente paso para la beatificación es el pedido por parte de la Iglesia de un milagro después de muerto. Y para la canonización, al final del proceso, se pide otro milagro que lo convertiría en Santo.
Vencido por el asma, después de una larga e intensa actividad pastoral y social en González Catán (Buenos Aires), el Padre Mario falleció a los 77 años, dejando un legado entre quienes lo conocieron en vida y en quienes comenzaron a saber de él luego de su fallecimiento.
Miles de personas lo despidieron en la capilla ardiente y acompañaron el cortejo a su primer destino en el Cementerio de la Recoleta y luego otros miles a su destino final, en la Obra de González Catán un año después, donde desde entonces descansan sus restos.
Fuente: agencia Noticias Argentinas